Paiporta, una tranquila localidad a pocos kilómetros de Valencia, se ha convertido en el epicentro de una tragedia sin precedentes tras el paso de la DANA más destructiva del siglo. Las riadas han dejado un rastro de destrucción y dolor, con al menos un centenar de víctimas y decenas de desaparecidos.
Los vecinos describen escenas de horror mientras el agua arrastraba vehículos y personas luchaban por sobrevivir. «No sabría decir cuántos coches he visto pasar flotando con gente pidiendo auxilio», relata un residente, reflejando la impotencia y desesperación vivida.
El río Turia, desbordado por las intensas lluvias, se fusionó con las autopistas, atrapando a conductores en cuestión de minutos. Videos capturados por los habitantes muestran coches siendo arrastrados por corrientes furiosas, puentes colapsando y personas aferrándose a ramas para salvarse.
Entre las historias desgarradoras, un hombre cuenta cómo tuvo que sacar a su hijo por la ventanilla del coche mientras el agua los rodeaba. Otra mujer, rescatada por la Guardia Civil, no puede contener las lágrimas al recordar la experiencia.
La tragedia ha golpeado especialmente a los más vulnerables. En una residencia de ancianos, seis personas perdieron la vida cuando el agua inundó las plantas bajas. Los trabajadores lograron trasladar a muchos residentes a la primera planta, pero no hubo tiempo suficiente para todos.
La alcaldesa de Paiporta, Maribel Albalat, ha expresado su consternación ante la magnitud de la tragedia. «Hay menores, jóvenes, personas mayores, familias… Hay de todo», lamenta, destacando que muchos fallecidos intentaban mover sus coches cuando fueron sorprendidos por la crecida.
La infraestructura del municipio no estaba preparada para un evento de tal magnitud. La falta de sistemas adecuados de drenaje y la construcción en zonas bajas han exacerbado el impacto de las inundaciones. La comunidad se encuentra ahora sin luz, agua ni comunicación, mientras las autoridades trabajan para restablecer los servicios básicos.
El Gobierno ha declarado tres días de luto oficial y ha prometido apoyo para la recuperación de las áreas afectadas. Sin embargo, el camino hacia la normalidad será largo y arduo para los habitantes de Paiporta, quienes deberán reconstruir no solo sus hogares, sino también sus vidas.