En algún caso la cantidad de azúcar roza el 32%: una puerta de entrada a futuros problemas de caries y de obesidad infantil
Un análisis de 10 papillas multicereales para bebés de seis o más meses (en dos marcas, a partir del quinto mes) realizado por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) revela un elevado contenido de azúcares en 5 muestras. En concreto, en Blevit 8 cereales (32,3% de azúcares), Nutriben 8 cereales (20,4%), Damira Multicereales (18,9%), Nestlé 8 cereales (18,95) y Gerber Grain & Grow 8 cereales (17,4%).
En su mayor parte, este exceso de azúcar es consecuencia de la hidrolisis de los cereales, un proceso tecnológico que tiene como objetivo dividir el almidón en azúcares simples para que resulten más digeribles. Pero que resulta innecesario una vez el bebé cumple los seis meses, ya que entonces es capaz de asimilar el almidón sin problemas. En la papilla de Nutriben había además maltodextrina, un tipo de carbohidrato que se usa como espesante. Mientras que en la de Damira se empleó además sacarosa, el nombre químico del azúcar común.
Y aunque todas las papillas incluyen vitamina B1, obligatoria por ley, no todas se suplementan con hierro, tal y como sería deseable en bebés de 6 meses. Una carencia que comparten cuatro productos: Almirón Multicerales, Nutribén 8 cereales, Carrefour Baby Bio Multicereales y Hipp Biológico Multicereales. Por cierto, la presencia de otros minerales, vitaminas o bifidobacterias no perjudican la salud del bebé, aunque en opinión de OCU es mejor reservarlos para cuando de verdad sean necesarios.
OCU también ha analizado la posible presencia de 27 posibles sustancias tóxicas: plaguicidas, metales pesados, nitratos, micotoxinas, acrilamida, alcaloides tropánicos, bacterias patógenas… Los resultados han sido buenos en todos los casos, aunque no es raro encontrar cadmio y arsénico en cantidades de ingesta toleradas por la normativa, una circunstancia que debería impulsar una vigilancia regular por parte de las autoridades sanitarias. No obstante, se han detectado enterobacterias no patógenas en una papilla, la de Almirón, un indicador de falta de higiene que lastra la valoración de este producto.
Respecto al precio, las diferencias son muy significativas: varía entre 8 y 22 euros por kilo según la marca. Pero, igual que ocurre con otros muchos alimentos, más caro no es necesariamente sinónimo de más calidad. En cualquier caso, merece la pena comparar precios para un mismo producto entre distintos establecimientos: de un punto de venta a otro hay diferencias de hasta el 60%. Por cierto, si se buscan en comercios online, recuerde que el precio final se incrementa con los gastos de envío.