Para nada me gusta la palabra «discapacidad», pero para abreviar el título y que todo el mundo lo entienda la he utilizado.
No hay personas con discapacidad, lo que hay son personas, es decir, personas con otras capacidades. Todos estamos capacitados para una cosa u otra.
Del nuevo director territorial de SEPE, José Simón, se esperaba mucho, o por lo menos, el que escribe, esperaba mucho más. Al final, de momento, es más de lo mismo, una continuidad del anterior, pero algo más joven.
Recordar que el anterior director del SEPE, Juan Bosco, después de dejar la dirección del SEPE, fue nombraron director provincial del Ministerio de Educación y Cultura, pero finalmente tuvo que dimitir, porque según publicaciones de los medios de comunicación, habían contratado a su pareja como interina.
A lo que iba, que bien haría el director del SEPE en crear un Plan de Empleo específico para personas con diversidad funcional, y también para personas con diversidad intelectual. Hasta ahora los cupos que se han abierto para ellos en los Planes de Empleos son irrisorios e insultantes. Al poco interés que ha puesto el GOBIERNO DE LA NACIÓN en hacer un Plan de Empleo específico para este colectivo, hay que añadir la mala política, nula diría yo, que se está empleando para que haya una inserción laboral de un colectivo tan castigado como es el de personas con diversidad intelectual.
Las pocas empresas que contratan a personas con diversidad intelectual, lo hacen por un tiempo muy limitado y luego los mandan a la calle. Eso no es integración laboral, eso es una chapuza.
El GOBIERNO DE LA NACIÓN tiene que crear ayudas que de verdad promuevan la inserción laboral de las personas con diversidad intelectual, y también de las personas que tienen diversidad funcional. Sería mucho más económico, así como mucho mejor para este colectivo, ya que se sentirían mucho más realizados e integrados si tienen un trabajo estable, aunque sea de 4 horas diarias.
Está muy bien subvencionar y ayudar a las Asociaciones que se encargan de los colectivos con diversidad intelectual, pero no hay que olvidarse de que lo mejor para una buena parte, tanto de personas con diversidad intelectual como con diversidad funcional, es su integración al mundo laboral.