La percepción entre las españolas y los españoles es que en España viven más del doble de personas extranjeras (23%) de las que en realidad hay (10%).
Según la encuesta Perceptions are not reality: Things the world gets wrong, realizada por la consultora Ipsos Mori a más de una decena de países, en España pensamos que un 23% -casi la cuarta parte- de la población son personas extranjeras. Sin embargo, las cifras del Instituto Nacional de Estadística demuestran que las personas extranjeras en España representan un 10% de la población. Es decir, la décima parte.
Esto no es algo que le ocurra solo a las personas con nacionalidad española. La encuesta se ha realizado en otros 13 países y en la inmensa mayoría hay un disonancia bastante significativa entre percepción y realidad en cuanto al número de personas extranjeras se refiere. Por ejemplo, en Italia el porcentaje de población extranjera es del 7%. Sin embargo, los italianos e italianas creen que la cifra es del 28%. En Estados Unidas, donde el número total de extranjeros/as se sitúa en un 12%, la percepción aumenta hasta el 30%.
Posibles Causas
De entre las posibles causas que pueden generar esta percepción errónea de la realidad en cuanto al número de personas extranjeras, según explica Àlex Ruiz, economista en el Departamento de Macroeconomía del Área de Planificación estratégica y Estudios de CaixaBank y autor del informe «El reto de la inmigración«, una de las principales puede ser el aumento de 8,4 puntos porcentuales de la proporción de inmigrantes en España entre 2000 y 2014.
Sin embargo, la desinformación también juega un papel importante -puede que el que más- a la hora de crear esta percepción de que en nuestro país viven más personas exntranjeras de las que en realidad hau. Existen medios de comunicación que se encargan de propagar fakenews o información sesgada y/o manipulada -algunos ya han tenido que dar cuenta ante la Justicia por estos motivos-. La difusión masiva de bulos por redes sociales y plataformas de mensajería instantánea es otro de los generadores de desinformación que más influye en la sociedad actual, como denuncia estos días Greenpeace.
Seguras consecuencias
Esta percepción errónea de la cantidad de personas extranjeras con las que convivimos genera un clima de crispación social que puede derivar en el aumento de delitos de odio y se traduce generalmente en un incremento injustificado de la sensación de inseguridad entre la ciudadanía.
Un artículo del medio digital lainformación.com recoge las siguientes declaraciones de Juan Carlos Jiménez Redondo, profesor titular de Historia del Pensamiento y de los Movimientos Sociales de la Universidad CEU San Pablo, en las que señala:
«El rechazo a la inmigración está en íntima relación con la percepción de los nacionales residentes de que los inmigrantes ponen en riesgo su estilo de vida, que consumen muchos más recursos del Estado del bienestar de los que realmente consumen y, en general de que son muchos más de los que son en realidad ya que se está expresando un deseo. Es decir, no sé realmente cuántos hay, pero como me gustaría que hubiera muy pocos, siempre diré que hay muchos, aunque no lo sepa con claridad. Además, expresan los nuevos componentes xenófobos presentes en las ricas sociedades europeas y americanas que temen perder sus tradicionales estándares de riquezagarantizados durante los últimos cincuenta años por los Estados«.
La extrema derecha se «nutre» del miedo
Si hay un grupo dentro del espectro político que sabe sacar partido al clima de crispación social y a la sensación de inseguridad anteriormente expuesta, son sin duda los partidos políticos que representan al sector más reaccionario de la derecha. De hecho, si analizamos el discurso de los partidos de extrema derecha que han experimentado un auge en Europa, como el Partido de la Independencia de Reino Unido (Ukip); el Frente Nacional de Marine Le Pen (rebautizado como Agrupación Nacional) en Francia; o Vox en España, encontraremos que todos cimentan buena parte de su discurso en «combatir» la inmigración y defender la «identidad nacional«, supuestamente amenazada por la presencia de personas extranjeras.
Más similitudes entre partidos de extrema derecha
Otro aspecto en el que coinciden estos partidos de ultraderecha es que, entre sus principales caras visibles, se encuentran personas que provienen de familias que durante décadas han pertenecido a la clase social más alta de su país y que bien podrían encarnar a ese sector de la sociedad que teme perder los privilegios que el Estado «le ha garantizado durante 50 años» y que señalaba el profesor Jímenez Redondo en sus declaraciones recogidas por La Información.
Pero no acaban ahí las similitudes. La inmensa mayoría de los partidos de extrema derecha no tiene pudor alguno en propagar, o directamente generar, desinformación y bulos sobre las personas extranjeras.
Sin ir muy lejos en el espacio geográfico, ni muy atrás en el tiempo, hace unas semanas, el candidato a las Europeas de Vox, Jorge Buxadé, aseguraba en «El Objetivo» de LaSexta que el 12 de mayo entraron saltando la valla de Melilla 400 migrantes. Sin embargo, desde un primer momento se supo que el número total de personas migrantes que consiguieron entra era de 52 y que el total de personas que lo había intentado oscilaba entre 100 y 150 personas.