Una plataforma de ciudadanos recoge la indignación ciudadana contra la dejadez y el abandono institucional de las clases más vulnerables en Ceuta. La falta de infraestructuras, iniciativas educativas y ocio en las barriadas de Ceuta -y más concretamente en el Príncipe- ha llevado a los vecinos a unirse y luchar por el futuro de sus jóvenes, los más azotados por el paro y el abandono escolar de España, que se sienten «abandonados» por una clase política a la que piden unión y trabajo por la ciudadanía
Ceuta es la ciudad española con mayor abandono escolar, con un 25,5% de población que no termina la educación básica, según la última Encuesta de Población Activa. Además, si hablamos de Ceuta, podemos destacar que precisamente la barriada del Príncipe es una de las más azotadas por este abandono escolar de la juventud.
Este es uno de los motivos por los que desde la Plataforma Civil Septa solicitan urgentemente herramientas para estos jóvenes. «Trabajamos por el futuro de la juventud del Príncipe, porque hay que trabajar por estos jóvenes. Que el Gobierno les de herramientas: cursos, talleres, centros de formación… Queremos que no discriminen a nuestros jóvenes, que tienen en sus manos nuestro futuro», explica Bashir Abdeselam, el portavoz de la citada plataforma.
Dando un paseo por la barriada, se puede apreciar esta falta de inquietudes de la juventud del barrio. Solo con pasar por el zoco, se puede observar como muchos jóvenes, la gran mayoría en paro, se reúnen sin tener mucho que hacer. «Lo que nos duele es que nadie da un empujón a esta gente. Hay que darle una educación», nos cuenta Bashir que, como muchos de los compañeros de la Plataforma busca soluciones a los problemas de la barriada del Príncipe.
«Si nosotros no buscamos una solución para los menores y sus padres, esto va a ser un caos», nos dice, señalando directamente a la clase política y criticando que únicamente visitan la zona en las elecciones, para conseguir votos. «Los políticos aquí vienen cada cuatro años, ¿para que queremos eso? Queremos gente comprometida, que trabaje», se queja.
Bashir, que también forma parte de la Asociación de Vecinos de la barriada del Príncipe, afirma estar orgulloso de su barrio, pero ser consciente de que el Gobierno «los discrimina».
Falta de medios, de empleo y de educación
Desde la Plataforma Civil Septa reclaman un mayor apoyo a las familias en riesgo de exclusión social. «Hay que empezar por darle medios a los padres, que están la mayoría parados», nos dice Bashir, que durante la charla repite varias veces la otra gran preocupación de la barriada: el paro.
«Siempre sellando y nunca trabajando», asume Abdelah, uno de los vecinos de la barriada, que al ver a El Foro de Ceuta se acerca para trasmitir sus quejas. Padre de dos hijos y con otro en camino, la falta de oportunidades para la juventud es también la principal preocupación de este hombre. «Aquí, según la delegada del Gobierno se vive bien. Claro que se vive bien, pero ¿quién? La clase política. El pueblo no vive bien», dice, haciendo referencia a que, en el Príncipe, la gente tiene que acudir al Banco de Alimentos. «Media Ceuta depende del banco de alimentos, ¿eso no lo sabe el Gobierno?», se queja.
«Vivimos en un gueto» responde Bashir, que reclama como portavoz de la Plataforma un «empujón» a la barriada. Señala como principales deficiencias las referentes a los jóvenes, la falta de proyectos y zonas verdes, pero también la falta de seguridad.
Situación, la que denuncian, que se puede comprobar recorriendo las calles de la barriada, donde los niños no disponen de lugares en los que desarrollar algún tipo de actividad o, sencillamente, jugar. Sobre una de las carretera que hace unos días se pudo asfaltar, se improvisan las casillas del “piso”, el juego que generación tras generación practican los niños y niñas de cualquier sitio, solo que en El Príncipe no hay espacio ni si quiera para practicar este pasatiempo.
La estrechez de las calles hace que sus habitantes tengan que sortear obstáculos para poder moverse de un sitio a otro, los contenedores de basura repletos de enseres y bolsas, los coches aparcados en las estrechas aceras, hacen que este espacio sea un lugar casi inhabitable, un barrio donde los vecinos comparten sus valores tradicionales sin necesitar más que su buena voluntad para ello.
Esta es la estampa que justifica prácticamente la totalidad de las quejas de Bashir sobre la situación de abandono y «discriminación» que sufre lo que cataloga como «un gueto», del que nadie se ocupa.
«Somos la cuarta generación de españoles, ¿cómo vamos a ser promarroquíes?»
Otro de los temas que más ha calado en la barriada, según nos cuenta Bashir Abdeselam, ha sido el discurso de odio y contra la convivencia de VOX, que ha acusado a media población de Ceuta -la comunidad musulmana- de ser «promarroquíes».
«Nosotros siempre hemos vivido bien aquí. Somos la cuarta generación de españoles, ¿cómo vamos a ser promarroquíes?», contesta Bashir ante esas acusaciones, indignado, igual que lo están la mayoría de sus vecinos que, asegura, han nacido en Ceuta igual que él.
«Queremos luchar contra el racismo que está causando VOX. Somos ciudadanos españoles y ceutíes y queremos el entendimiento y la convivencia entre las cuatro culturas», afirma, pidiendo la «unión» del resto de formaciones políticas, más allá de las religiones, para trabajar por la Ciudad.
«Queremos que los políticos de Ceuta cumplan sus deberes, defiendan a los ciudadanos. Que se dejen de debates entre ellos y se unan para tener más fuerza y trabajar por el pueblo», señala, aclarando que «la religión es una cosa y la política otra».