Con esta iniciativa, Plena Inclusión quiere «garantizar» unas «condiciones mínimas de accesibilidad e igualdad de oportunidades para 38.000 alumnos y alumnas con discapacidad intelectual o del desarrollo que estudian en centros ordinarios o de educación especial»
A través de la «Guía rápida para una vuelta segura a las aulas» (se puede descargar clicando en el enlace), Plena inclusión recoge «una batería de medidas útiles y sencillas con las que orientar a equipos directivos y a comunidades educativas de los miles de colegios que en este mes de septiembre comienzan el curso 2020-2021». Así, con esta iniciativa, la confederación de asociaciones busca «garantizar» unas «condiciones mínimas de accesibilidad e igualdad de oportunidades para 38.000 alumnos y alumnas con discapacidad intelectual o del desarrollo que estudian en centros ordinarios o de educación especial».
Según explica Santiago López, presidente de Plena Inclusión España, con esta guía se ha elaborado «un instrumento de fácil uso que ayude a enfrentar el reto que plantea lograr un retorno al cole con seguridad, calidad y equidad”. «En esta tarea entendemos como fundamental el apoyo de las administraciones públicas, que tienen la responsabilidad de proveer de los recursos humanos y materiales que se necesiten, para mitigar una situación que sobre todo discrimina al alumnado con discapacidad y a sus familias”, apunta el presidente de Plena Inclusión.
Para conseguir una vuelta segura a las aulas, desde el documento elaborado por Plena inclusión se defienden cuatro actitudes:
- Prevención responsable
- Personalización y acción coordinada entre el centro educativo y las familias del alumnado
- Retroalimentación en la información y formación
- Accesibilidad y participación.
Además, Plena inclusión pone a disposición de los equipos directivos de los colegios y de la comunidad educativa «herramientas y metodologías que facilitan la accesibilidad cognitiva«. Asimismo, recuerda «que el alumnado con Necesidades Educativas Especiales (NEE) es quien más ha sufrido el impacto de la brecha tecnológica, económica y social generada por los meses de confinamiento, así como se alude a la carga excesiva para las familias que asumieron el apoyo a sus hijos e hijas para evitar que se descolgaran del ritmo de las clases online«.
En el documento se remarca que «los niños y niñas con discapacidad se ven más perjudicados por una educación no presencial, ya que ven interrumpidos tratamientos específicos de logopedia, fisioterapia, psicología y psiquiatría, deteniendo abruptamente su evolución en el proceso educativo». En este sentido, Plena inclusión propone la figura del profesor itinerante, para el caso en que se repita un posible confinamiento, que se encargaría de dar seguimiento domiciliario al alumnado con necesidades educativas especiales.