Empezaré no siendo políticamente correcto: en cuestión de nueve meses entraremos de nuevo en campaña electoral y los políticos de nuestra ciudad se desatarán, entrando en pánico unos y otros, frotándose las manos rozando el poder, acariciándolo. En general todos ellos ansiosos por tenerlo de su lado, ¿qué motiva esto? Ya lo decía el gran Groucho Marx, “La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos y hacer un diagnóstico falso aplicando luego las soluciones equivocadas”.
En política todo resulta poco o nada creíble, pronosticando mentiras a la carta, basándose en datos inventados, sin contrastar, que difieren según el color político del cristal con que se quiera mirar. Clara demostración de lo inconscientes que pueden llegar a ser estos gobernantes.
Esta gran farándula es una gran creadora de promesas, con el viejo mantra de “puedo prometer y prometo” que si ganamos seremos implacables contra… bajaremos los impuestos, subiremos las pensiones, bla bla bla. Vamos que, todo lo que se les ocurra vale. Estos son sus principios y si no les gustan, tienen otros. En fin, toda una mentira, una farsa que se repite cada cuatro años.
Quiero dejar claro que la política me gusta y que la sigo, estoy inmerso en el día a día de la misma. Pero esto no significa que me crea lo que escucho ni lo que veo. Desde mi juventud he vivido de cerca los avatares de los que nos llevan gobernado dos décadas. Resulta triste que después de tantos años, todo siga igual o peor. Todo un largo catálogo de promesas incumplidas en su trayectoria. No entiendo cómo los ceutíes votan y eligen una y otra vez a los mismos, a esos que prometen sistemáticamente lo mismo. Quiero pensar que es lo que quieren pensar, pero de este modo, se está manteniendo a una red de mentiras y de aprovechados.
Es por ello, que ha llegado la hora de dar nuestra confianza a partidos nuevos que aporten frescura y políticas que pongan a Ceuta en el lugar que se merece. Hay que abrir los ojos y despertar del largo letargo en el que se está inmerso y apartar a todos aquellos que no aportan nada, solo se benefician de ese estatus que les brinda la política. Algunos son profesionales de la mentira, ya lo llevan implícito. Se trata de una caterva de trasnochados sin oficio, pero con muchos beneficios. Un claro ejemplo, la visita de Ayuso. ¿En qué beneficia esta visita a la Ciudad? Al revés, supone gastos a los ceutíes. O ¿van a pagar Vivas y compañía de sus bolsillos la comida y el hospedaje? ¡Ojo! Me parecen perfectos todos los reconocimientos a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. ¿Por qué no la lleváis a la barriada de El Príncipe? Por ejemplo. O a Los Rosales. Que vea ella el nivel de pobreza real que existe. No, mejor no, que los medios van a estar ahí y verían esa Ceuta que mantenéis en la sombra, con una pobreza desorbitada. Panda de hipócritas.
José Antonio Carbonell Buzzian