Hace ahora 90 años, y con una semana de diferencia, nacieron los personajes de Tintín y Popeye. Ambos trascendieron el tebeo para convertirse en iconos populares del siglo XX.
Álvaro Pons, nos cuenta en su crónica de El País, que este año plagado de aniversarios en el mundo del cómic —Batman, que llega a octogenario; Astérix, un jovenzuelo de 60 años o nuestro Guerrero del Antifaz, que cumple 75— comienza con la conmemoración del nacimiento de dos personajes que comparten edad y estatus de iconos de la cultura popular: los archifamosos Tintín y Popeye. Ambos nacieron hace nueve décadas, en 1929, el año del crac, que quedó asociado en la historia al inicio de la Gran Depresión y que, sin embargo, arrancó con estos dos hitos fundacionales del noveno arte como supremo arte de la gran evasión.
Nació de la mano de Elzie Crisler Segar, que había aprendido humor de las películas de Charles Chaplin, el 17 de enero de 1929, el fornido personaje apareció por primera vez en la tira cómica ‘Timble Theatre’ del diario King Features. Creado por Elzie Crisler Segar, originalmente fue presentado como un personaje secundario, pero su carisma cautivó tanto al público que pronto se convirtió en protagonista.
Cuatro años después llegó a la pantalla grande gracias a Max Flescher -quien ya había creado a Betty Boop-, e hizo delirar al público, que se identificó de inmediato con él. «Ja think I’m a cowboy?!» (Crees que soy un vaquero) fue la primera y sencilla frase que el creador del cómic, Elzie Crisler Segar, le dio a Popeye, que aparecía ya retratado con una pipa en la boca, sus icónicos brazos musculosos y el tatuaje del ancla.
Sin duda, una de las primeras cosas que se ha preguntado el público es por qué el marino se llama Popeye. Muy sencillo, es la mezcla de las palabras Pop Eye, que en inglés significaría «ojo saltón», una referencia a su ojo tuerto, muy propia de los marineros de aquella época. Aunque su nombre en español se pronuncie literalmente, en inglés se pronuncia «Popai».
Los principales personajes que acompañan a Popeye son Olivia, su novia, es una típica y larguirucha dama americana que siempre espera a Popeye en sus constantes viajes, en muchas ocasiones cumple el papel de víctima y termina siendo el centro del conflicto entre Popeye y Bluto.
Bluto (Brutus) El antagonista de la historia, el eterno rival de Popeye al que nunca puede vencer con sus espinacas y que pretende a la novia de Popeye. Bluto al ser rechazado constantemente toma medidas como pelear con Popeye o en su defecto raptar a la fuerza a Olivia. Este enfrentamiento se convierte siempre en la trama y el conflicto de las historias de Popeye.
Pilón (Wimpy) un gran amigo de Popeye, gordo bonachon y despistado que solo se dedica a comer hamburguesas. Cocoliso, un bebé que es el hijo adoptivo de Popeye, travieso y admirador de las historias, en ocasiones cumple un papel heroico ayudando a luchar a Popeye pero curiosamente aún no puede caminar y se la pasa gateando a todas partes.
Pero Popeye no siempre comió espinacas para restablecer sus energías: eso fue varios años después, cuando el gobierno de los Estados Unidos, decidió impulsar el consumo de espinacas como lucha contra la anemia. La gente rápidamente asociaba que comer espinacas le daría una superfuerza y entonces se incrementó la venta de esas verduras de manera sideral. Cuenta la leyenda que la campaña se basó en un error: se basaba en una investigación del científico alemán Erich von Wolf, que decía que estas hojas tenían 35 miligramos de hierro cada cien gramos. Pero un error de tipeo había metido la cola: eran, 3,5 miligramos. Cuando el asunto se aclaró, el personaje ya era inseparable de su alimento mágico.
Su relevancia en la cultura pop queda plasmada en su aparición en retratos de artistas de la talla de Andy Warhol y Roy Lichtenstein, o recientemente Jeff Koons.