Desde que se hizo pública la agresión sexual cometida durante la celebración de los sanfermines de Pamplona en 2016, a los agresores, José Ángel Prenda, Ángel Boza, Jesús Escudero, Antonio Manuel Guerrero y Alfonso Jesús Cabezuelo, se les denominó mediáticamente como “La Manada”. ¿La razón? El tatuaje que llevaba uno de ellos y que sirvió para su identificación y detención: “El poder del lobo reside en La Manada«. Además, este era el nombre del grupo de WhatsApp que todos compartían y en el que hablaban abiertamente de las violaciones.
En Maldito Feminismo hemos consultado con varias expertas sobre el uso del término ‘manada’ para referirse a las violaciones cometidas en grupo que se están conociendo en los últimos meses en nuestro país y si es correcto o no utilizarlo.
“Lo que no se nombra no existe”
“Cuando a las cosas no se les llama por su nombre es muchísimo más difícil que lo visibilicemos. Y si no visibilizamos una violación, un delito penado por ley, la sociedad no es consciente y eso es una falsa sensación de impunidad”, afirma Bárbara Zorrilla, psicóloga del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid, especializada en violencia de género. “A un grupo de personas que viola se les llama violadores, como a una persona que asesina se le llama asesino. Son actos de violencia sexual en grupo, de violencia de género, de violencia machista”, continúa.
En ese sentido, Lucía Avilés, la portavoz de la Asociación de Mujeres Juezas de España (AMJE), señala que “lo que no se nombra, no existe. Hay que hablar con propiedad y limitar la publicidad del término”. Actualmente, como recuerda Avilés, “con el término ‘la manada’ se define a un grupo de hombres organizados para depredar sexualmente a las mujeres”. Sin embargo, es un nombre con el que ellos mismos se autodenominaron “como si fuera un mérito formar parte de esa ‘manada’”.
Por eso, desde su punto de vista, “el lenguaje no debería ser casual en los hechos delictivos. Si hablamos de ‘manada’ y no de violación grupal estamos neutralizando el hecho en sí y quitando el acento al delito. La responsabilidad del delito es individual no de una ‘manada’”, prosigue la magistrada.
Llamar ‘manada’ a varias personas que agreden sexualmente en grupo es “restar valor a la violación y a lo que supone esta violencia”, tal y como afirma Isabel Muntané, codirectora del Máster Génere i Comunicació de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB). “Si hablamos de ‘manadas’ es como si redujeramos el problema a un grupo concreto. Y no es así. No es una manada que cambia de ciudad: son muchos violadores, lo hagan de manera individual o en grupo”.
Según la Sentencia del Tribunal Supremo, los cinco miembros del grupo han sido condenados por un delito de violación al que se le han añadido dos agravantes: uno por tratarse de un ataque grupal y otro por trato degradante y vejatorio. Pero dentro de este marco, como apunta Muntané, “tenemos que hablar de grupo de violadores porque queda más claro y no crea confusión”. Por el contrario, “si lo unificamos todo como si fuera ‘una manada’ no le estamos dando el significado real de lo que supone esta violencia”.
Revertir el significado
“La Manada somos nosotras” es el lema que hicieron suyo los diferentes colectivos feministas en las protestas convocadas contra los cinco miembros de “La Manada” condenados, según la última sentencia, por un delito continuado de violación en los sanfermines de Pamplona.
Precisamente, tal y como nos explica la magistrada Avilés, “el movimiento feminista lo que hizo fuerevertir el significado de ‘manada’ ante la generalización de este término: nosotras somos una manada para protegernos”.
Además, para Muntané es “muy importante” recuperar el significado feminista que tiene esta palabra ya que “se está utilizando con un significado que no tiene”. El término ‘manada’ “tiene una implicación de cuidar y proteger a un colectivo. La figura de la loba es un símbolo para conseguir la libertad y lo podemos identificar con el colectivo de mujeres feministas que se alían para alcanzar esa libertad de manera conjunta”. En ese sentido, Muntané relaciona “manada” con “sororidad” porque representa a “las mujeres que luchan contra el patriarcado”.
“Tenemos que sustituir esta palabra, dejar de hablar de ‘manadas’”
Por último, todas las expertas coinciden en que “el papel de los medios de comunicación es fundamental”. “El tratamiento de este tipo de noticias es súper importante para crear conciencia. No es lo mismo decir ‘mil mujeres muertas por sus parejas’ que decir ‘mil hombres han asesinado a mil mujeres por la violencia machista’”, asegura Bárbara.
“Mediáticamente se ha dado prevalencia a usar la palabra ‘manada’ para resumir todo lo que conlleva que a hablar de lo que está pasando de verdad”. La magistrada de AMJE considera que la reconstrucción de los hechos “implica hablar de violaciones en grupo o violación grupal, que es el término correcto”.
Muntané, por su parte, reivindica el “papel pedagógico” que tienen los periodistas. “Tenemos que sustituir esta palabra, dejar de hablar de ‘manadas’ y dar más herramientas a la sociedad para que sea más crítica”. Desde el Máster que dirige, y junto a la Asociación de Atención a Mujeres Agredidas Sexualmente (AADAS), han elaborado una guía para informar sobre las agresiones sexuales tras analizar los discursos de los diferentes tipos de violencias sexuales en cinco medios de comunicación. En este trabajo, Muntané concluye que las informaciones analizadas “victimizan y responsabilizan” a las mujeres de esa violencia.