En su paso por Ceuta, la Caravana Abriendo Fronteras puso el foco en las trabajadoras transfronterizas y las personas menores no acompañadas
La Caravana Abriendo Fronteras denunció ayer, junto a colectivos locales en Ceuta, la vulneración grave y sistemática de los derechos de las personas migrantes en la frontera con Marruecos. Trabajadoras transfronterizas y menores no acompañadas fueron el punto fuerte en este paso de la Caravana por la frontera sur.
AmecoPress habla con María Viadero para que explique las denuncias y reclamos de las organizaciones y personas que conforman la Caravana y visibilice la permanente vulneración de derechos humanos producida por las políticas migratorias europeas y seguidas por el Estado español.
En Ceuta la Caravana organizó una mesa redonda en la que diversas organizaciones aportaron su experiencia y análisis para comprender las consecuencias que la feminización de la pobreza en la frontera sur genera en la vida de las mujeres y en especial de las porteadoras y las trabajadoras del hogar transfronterizas. También abordaron la realidad de menores y jóvenes migrantes en las calles de Ceuta.
“Es en estos márgenes donde se hace más evidente la acumulación desigual de poder y la violencia que ejercen desde las posiciones de privilegio. Se produce el encuentro entre dos realidades: las mujeres trabajadoras, sostenedoras, racializadas y resilentes, frente al poder de la autoridad, el capital, el patriarcado y la militarización de las fronteras”, explica.
En el primer caso, las mujeres porteadoras cruzan la frontera cada día cargando con fardos de hasta 80 kg de peso para llevarlo al otro lado de las fronteras de Ceuta y Melilla. Mientras pueda considerarse “su equipaje”, estas mujeres cargan con mercancías de multinacionales de todo el mundo hasta llevarlo al otro lado del paso fronterizo.
El llamado ‘comercio atípico’ es un trabajo de contrabando tolerado que genera en Ceuta un nivel de negocio de 400 millones de euros, y estas mujeres tratan de cruzar hasta 3 o 4 veces en una mañana a cambio de unos 4 euros por viaje, sin contar el pago del soborno a la Gendarmería. El objetivo de multinacionales y de comerciantes que negocian con el traslado de la mercancía es eludir el pago de aduanas propio de las empresas exportadoras e importadoras.
APDHA reclama el porteo como actividad laboral y una gestión de la frontera respetuosa con los derechos humanos. Y la alternativa legal a este negocio “no parece tener muchos adeptos en los organismos de poder, pues podría provocar la desaparición de las ciudades autónomas del mapa comercial transfronterizo”.
La frontera criminaliza y provoca un efecto amplificador de la desigualdad y la desprotección de derechos. Así lo denuncia también DIGMUN con el caso de las mujeres transfronterizas, que se desplazan diariamente a la ciudad autónoma para trabajar. Cerca de 8000 mujeres que cruzan a Ceuta como trabajadoras del hogar. Su salario oscila entre 250 y 400 euros al mes y sólo el 20% de ellas cuenta con un contrato laboral.
En el encuentro con la frontera de cada día las mujeres son colocadas bajo sospecha y dinámicas arbitrarias. La ausencia de contrato y permiso de trabajo provocan cortes en el tránsito y deben convencer de que efectivamente están empleadas para que las dejen pasar. Un conflicto con el control fronterizo puede generar la suspensión temporal del derecho de paso y la pérdida del empleo.
Superar los estereotipos, la revictimización y “la manipulación del discurso contra la trata de seres humanos”
“Queremos reclamar a las mujeres como sujetos políticos, son mujeres valientes que luchan cada día por cambiar la situación”, explica María Viadero. “Queremos hacer visible la presencia de las mujeres en los procesos migratorios desde una visión que no revictimice ni homogenice sus perfiles ni sus proyectos migratorios”. Por ejemplo, la imagen de las porteadoras que aparece en los medios responde a estereotipos, mientras que las organizaciones señalan que, aunque lo común es que todas comparten situaciones precarias, los perfiles de estas mujeres son diversos, siendo en muchos casos cabezas de familia.
En 2018 se ha incrementado el porcentaje de mujeres entre las personas migrantes que han accedido a la península por esta zona de la frontera: de un 7% en 2017 a un 17% en 2018: 10.901 mujeres, según APDHA. “Queremos insistir en que las mujeres son protagonistas y sujetos políticos, que no todas las mujeres subsaharianas son víctimas de trata y que no se puede hacer discursos sobre el compromiso de lucha contra la trata cuando no se ponen medios eficaces”. Es cierto que las mujeres están sufriendo violencia sexual en los países de origen, también en el tránsito y en los países de acogida, pero Viadero insiste en no caer en generalizaciones ni en la revictimización”.
“Denunciamos también al gobierno de Marruecos que está utilizando la lucha contra la trata como pretexto para desmantelar los campamentos en los bosques y las viviendas en las que se ocultan las mujeres, que son detenidas y deportadas en autobuses a la violenta frontera argelina”, expone el manifiesto de Caravana Abriendo Fronteras 2019.
Establecer requisitos asumibles para la regularización administrativa o vías legales y seguras pondría fin a la situación de explotación laboral y de violencia de muchas mujeres inmigrantes que tienen que pagar cantidades ingentes de dinero a los pasadores o sus familiares, que les prestaron el dinero para poder cumplir su proyecto migratorio, por la imposibilidad de conseguir un visado.
La portavoz de la Caravana denuncia “la manipulación del discurso contra la trata de seres humanos” que se utiliza con el único fin de llevar a cabo operaciones represivas contra quienes migran y quienes les socorren. “Son las políticas de cierre de fronteras las que abocan a las personas a recurrir a vías inseguras y es la indiferencia de los gobiernos europeos la que aboca a las ONG a asumir la iniciativa para cumplir con los derechos humanos y las convenciones internacionales”.
Mañana la Caravana viajará hacia Sevilla y después a Huelva. “Queremos denunciar especialmente la explotación laboral y el abuso sexual de mujeres marroquíes, temporeras en la recogida de la fresa en los campos de Huelva, y situaciones similares en Sicilia y en la Apulia en Italia”, explica María, prometiendo hacer un relato de lo que allí encuentren y vivan.
Hay propuestas para la defensa de los derechos de las mujeres que las integrantes de la Caravana quieren exigir. Así las resume María: por un lado, que se garanticen sus derechos en los países receptores evitando la explotación, los abusos, la violencia y la trata con fines de explotación sexual; además, que se asegure su derecho a formular una solicitud de asilo independiente de sus parejas y a tener un estatuto jurídico independiente del de sus cónyuges; también, que se atiendan sus necesidades específicas de salud y sus derechos sexuales y derechos reproductivos, incluido el aborto; y que se garantice la atención a las mujeres y niñas que han sufrido o corren el riesgo de sufrir abusos, violencia, mutilación genital femenina o matrimonios forzados.
Personas menores no acompañadas
En el caso de los y las menores no acompañadas que llegan hasta Ceuta y esperan continuar su ruta hacia el continente europeo, colectivos locales como ELIN y MAAKUM denuncian la violación sistemática de derechos fundamentales y de la infancia. No tienen derecho a la escolarización ni a la atención sanitaria, derechos básicos y fundamentales.
Sobreviven en las calles, mientras tratan de cruzar el Estrecho, y son vulnerables a las redes de trata y tráfico de personas. El ‘risky’ es como llaman al ‘juego’ de saltar la alambrada, recientemente reforzada en Ceuta, para entrar al puerto y esconderse en alguno de los barcos que viajan a la península, e incluso lanzarse al mar para alcanzar los navíos que ya han zarpado. Esta práctica se ha cobrado numerosas vidas de menores en los últimos años.
“La estigmatización es terrible”, explica María. Les rapan el pelo para identificarlas, les criminalizan en la prensa, no pueden pasear por el centro de la ciudad ni entrar en los supermercados. Por eso, “mirarles a la cara, compartir tiempo y espacio en la actividad que hicimos ayer recorriendo las calles de la ciudad fue muy importante”.
Que alegría me dio cuando vi a tanta gente camino de la frontera porque pense que cada uno de ellos se iba a llevar un mena cada uno. Pero no. Solo vinieron para que entrarán más y nos siguieran jodiendo a los ceutíes. Muchas palabras muchos perros flauta para qué. Fácil. Dinero para las ong así va el pais