La ministra de Igualdad, Irene Montero, defendió ayer miércoles en el Congreso el decreto en materia de protección y asistencia a las víctimas de violencia de género durante la emergencia del coronavirus. El decreto salió adelante con el apoyo de todos los grupos, salvo el PP –que se abstuvo- y Vox –que votó en contra-. Al final, las medidas recibieron 209 votos a favor, 53 en contra y 88 abstenciones.
Montero explicó que situaciones de emergencia como la actual tienen una especial incidencia en las mujeres y en colectivos vulnerables. «No estáis solas, si estáis en peligro, salid a la calle y buscad a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. Estamos aquí para ayudaros y para cuidaros», dijo Montero dirigiéndose a las víctimas de violencia.
La ministra explicó el contenido del decreto y destacó el incremento de la actividad de los servicios de protección a las víctimas durante el estado de alarma: tanto del teléfono de asistencia 016, como del servicio de internet.
El decreto supone el amparo de las víctimas, no solo de violencia de género en el ámbito de pareja o expareja, sino también de trata y explotación sexual, durante la crisis ocasionada por la covid–19. El paquete de medidas incluye el refuerzo de los sistemas de atención telefónica y la introducción de un canal a través de WhatsApp; la consideración como esenciales de los servicios de atención a las víctimas de violencia de género; la garantía del normal funcionamiento de centros de emergencia, acogida, pisos tutelados y alojamientos seguros, así como la disponibilidad de establecimientos de alojamiento turístico en el caso de ausencia de vacantes en los centros designados durante el estado de alarma.
La titular de Igualdad explicó también que las medidas contenidas en el real decreto «son las primeras medidas pero no las únicas que este Gobierno impulsa para cuidar a las mujeres durante esta crisis sanitaria y social«. «Las mujeres no podemos ser una vez más las que asumamos sobre nuestros hombros el peso de la crisis», enfatizó.
Montero recordó que la emergencia sanitaria «está poniendo en evidencia la enorme fragilidad del sistema de cuidados en nuestro país y ha expresado con claridad lo que expresó la huelga feminista: si paramos se para el mundo». «Sin cuidados la sociedad no funciona».
La ministra insistió: «El confinamiento pone más difícil a las mujeres denunciar. Las mujeres aguantan hasta que no pueden más”. Y afeó también la actitud de quienes cuestionan la lucha contra la violencia de género: “Ojalá no tengamos que escuchar nunca más a alguien negando la violencia machista. Su negacionismo no cabe en una democracia como la nuestra que lucha decidida contra el machismo y la violencia machista», dijo Montero. Deseo incumplido.
Durante el debate, aunque con matices, la mayoría de los grupos dejaron claro que apoyarían el decreto aprobado por Igualdad. Solo en el caso de PP y Vox negaron su respaldo. La formación de Pablo Casado optó por la abstención mientras la extrema derecha votó no.
Pilar Marcos, la diputada del PP encargada de defender la postura del partido durante el Pleno, acusó al Gobierno de tratar de imponer una «agenda divisiva». Sus críticas se centraron en lamentar que el decreto no contemple medidas específicas ante la epidemia, como la elaboración de tests en los centros de atención a las víctimas de violencia machista.
Lamentablemente, la diputada popular volvió a responsabilizar al 8M de la multiplicación del contagio. «Ustedes estuvieron restando importancia a la epidemia hasta la fecha mágica del 8 de marzo. Se debió actuar antes», señaló Marcos.
La extrema derecha, por su parte, descalificó el decreto definiéndolo como «propaganda» del «feminismo marxista«. «Es lamentable que hoy con 24.000 fallecidos y en el camino a la debacle económica estemos hablando de violencia de género», lanzó en el Pleno la diputada de Vox Carla Toscano de Balbín durante una intervención cargada de juicios de valor sin consistencia: según ella, el decreto solo es una «puerta de atrás para saltarse la ley presupuestaria», que pretende «colar de forma chapucera fondos para mantener los chiringuitos» del Gobierno y un «coladero de denuncias falsas para cobrar subvenciones». El discurso acabó con el tono habitual de crispación que emplean en este partido: «Su feminismo excluyente es la verdadera peste», dijo la parlamentaria de la extrema derecha a la titular de Igualdad. «No nos hagan perder tiempo y dinero en su plan totalitario. Defender este pacto es mentira y supone comprar su discurso de odio contra el hombre», afirmó, para volver a reivindicar una ley de «violencia intrafamiliar».