La profesora del Departamento de Programas de Salud de la Escuela Nacional de Sanidad del Instituto de Salud Carlos III, Araceli Capa Sanz, ha sido la primera en intervenir en las I Jornadas de Violencia de Género y Salud. La docente ha abordado la prevención, detección precoz y asistencia a las víctimas de la violencia de género en el ámbito de la Atención Primaria
El salón de actos del Campus Universitario de Ceuta ha acogido este miércoles la primera parte de las I Jornadas sobre Violencia de Género y Salud. La formación ha estado presidida por director territorial del INGESA en Ceuta, Jesús Lopera, y la responsable del Área de Violencia de Género de la Delegación del Gobierno, Catalina Reyes.
La primera ponencia ha sido impartida por la profesora del Departamento de Programas de Salud de la Escuela Nacional de Sanidad del Instituto de Salud Carlos III, Araceli Capa Sanz. La experta ha hablado sobre la prevención, detección precoz y asistencia a las víctimas de la violencia de género en el ámbito de la Atención Primaria. Capa ha puesto el acento en la importancia de la formación y la sensibilización para abordar la violencia de género en el Sistema Nacional de Salud.
“Estamos avanzando, pero todavía nos queda que sensibilizarnos a nosotras mismas porque los prejuicios y los estereotipos nos atraviesan a todas las personas”, ha remarcado. La docente también ha reivindicado que el “silencio” de la normativa internacional ha impactado en la salud de las mujeres. Otras de las violencias que ha señalado ha sido el matrimonio precoz y forzado, la trata con fines de explotación sexual, entre otras.
Por último, ha hecho un recorrido por las acciones en el marco de las políticas públicas de salud, así como por la estrategia nacional. “Estamos aquí porque hay personas que se preocupan y se ocupan por la violencia de género y la salud”, ha manifestado Capa. La docente del Instituto de Salud Carlos III no ha querido finalizar su ponencia sin recordar “la otra pandemia” que han vivido las mujeres que durante la cuarentena se han tenido que quedar encerradas con sus maltratadores. Asimismo, como experta ha animado a “preguntar a las mujeres” para fortalecer las redes de apoyo de las víctimas y ofrecer un «cribado universal».