La violencia sexual digital (VSD) se ha convertido en un problema creciente entre las jóvenes en España. Según el estudio ‘Generación Expuesta: Jóvenes frente a la violencia sexual digital’, realizado por el Centro Reina Sofía de Fad Juventud y la Universidad Complutense de Madrid, el 60,6% de las jóvenes ha sufrido algún tipo de VSD.
Las formas más comunes de violencia incluyen la recepción de contenido sexual no consentido (22,1%) y el acoso por el aspecto físico (21,3%). Además, el 16,6% de las jóvenes reportó haber sido acosada por un adulto siendo menor de edad, y el 13,9% fue presionada para crear fotos o vídeos de carácter sexual.
Otras situaciones reportadas incluyen la difusión de imágenes íntimas sin consentimiento, amenazas de difundir contenido personal, y la creación de imágenes manipuladas con inteligencia artificial, afectando al 6,4% de las encuestadas.
El estudio también destaca que las mujeres son más vulnerables a recibir contenido sexual no solicitado y a sufrir insultos en línea por su apariencia física. Las redes sociales (39,7%) y las aplicaciones de mensajería instantánea (34,9%) son los principales canales donde ocurre esta violencia.
En cuanto a la relación con el agresor, en el 52,8% de los casos, la víctima conocía a la persona responsable, siendo comúnmente un amigo, pareja o conocido. Sin embargo, en el 40% de los casos, el agresor era un desconocido.
Las consecuencias emocionales de estas experiencias son profundas. Casi el 40% de las mujeres siente vergüenza tras la agresión, y muchas experimentan ansiedad, miedo y una disminución de la autoestima. A pesar de no ser responsables de la violencia sufrida, el 20% se siente culpable o teme ser juzgada.
Un 14,6% de las víctimas no comparte su experiencia con nadie, principalmente debido a la vergüenza y el miedo a ser responsabilizadas. Este silencio perpetúa el ciclo de dolor y dificulta la búsqueda de ayuda.
A pesar de las dificultades, muchas jóvenes buscan protegerse bloqueando a sus agresores y denunciando contenido ofensivo en plataformas digitales. Sin embargo, también destacan la necesidad de mejorar la formación en seguridad en línea y piden a las empresas tecnológicas que actúen más rápidamente para eliminar contenido ofensivo.
Finalmente, el estudio subraya la importancia de aumentar la concienciación sobre el contenido compartido en redes y mejorar el apoyo social a las víctimas, fortaleciendo las redes de apoyo para quienes sufren violencia sexual digital.