El Circulo de Silencio es «una acción no violenta», organizada por la Mesa Diocesana de Atención y Acogida de Refugiados, a través de la que los y las participantes se solidarizan con las personas migrantes y refugiadas, que sufren las consecuencias del cierre de fronteras y las políticas migratorias Europeas.
Cada primer miércoles de cada mes, decenas de personas se reúnen en silencio, encienden velas y muestran su apoyo a las personas migrantes, rechazando las políticas migratorias que deshumanizan los procesos migratorios.
Cualquier persona puede participar uniéndose, en silencio al círculo.