Este lunes llegaba el tan esperado, sobre todo por comercios y bares, primer día de la Fase 1 de la desescalada para Ceuta. Por lo general, la sociedad caballa ha mostrado un notable grado de compromiso en el respeto de las normas de seguridad e higiene, aunque también se han producido algunas escenas que conviene evitar por el bien de todos/as. Es pronto para cantar victoria.
Por el momento, el SARS-CoV-2, patógeno causante de la COVID-19 ha venido para quedarse. Se especulaba con que fuese un virus estacional, pero a medida que van pasando las semanas esta posibilidad se va haciendo cada vez más remota. No se puede descartar que entrado el verano el virus remita, pero la llegada de la primavera no ha supuesto un descenso significativo en la contagiosidad del virus ni en su capacidad de reproducción. En resumidas cuentas, por ahora no solo no hemos conseguido derrotar al enemigo, sino que nos vemos obligadas a convivir con él.
En esta nueva etapa, cuando salimos a la calle debemos contar con la presencia de un «vecino» silencioso, que actúa desde el sigilo de la microscopia y que para cuando advertimos su presencia suele ser demasiado tarde. No pretendemos crear alarmismo, pero es necesario exponer los hechos tal y como son. La sociedad ceutí ha cumplido con creces su compromiso con la vuelta progresiva a la «normalidad» que supone pasar de la Fase 0 a la Fase 1. A partir de este lunes se podía salir a comprar artículos que no son de primera necesidad o a tomar algo en una terraza y la gente lo ha hecho con mesura y respetando las medidas de seguridad, pero siempre hay excepciones…
La primera se daba esta mañana en las inmediaciones del edificio del Ceuta Center: un colapso absoluto de los Servicios Tributarios y de Registro con una cola que daba la vuelta al inmueble y en la que las medidas de seguridad han brillado por su ausencia. La segunda, a primeras horas de la tarde en una terraza de un bar situado junto a la Plaza de los Reyes en la que la Policía ha optado por desalojar la terraza debido a la actitud de algunos de los comensales que comenzaba a ser temeraria para la situación en la que nos encontramos.
No se trata de señalar a nadie. Este es un reto que afrontamos como sociedad y debemos responder en conjunto. Las terrazas de los establecimientos tienen que aprender a funcionar ajustándose a las normas, y están en ello; las personas que se sienten en ellas para reunirse y disfrutar de la tan anhelada compañía de «los suyos» también deben hacer a lo propio , y al igual que propietarios y trabajadores, están en ello. Sin embargo, el tiempo apremia y no da concesiones, por eso, hoy aprobamos el examen de la Fase 1 de la desescalada, pero lo hacemos con un «Necesita Mejorar«. Escenas como las de este lunes deben evitarse en la medida de lo posible. Si celebramos la victoria antes de tiempo puede que nunca lleguemos a alcanzarla y hoy, pese a todo, estamos un día más cerca de alcanzarla.