¿Nunca ha pensado que todas las personas deberían tener unas nociones básicas de primeros auxilios? ¿Que no está demás conocer las técnicas básicas que pueden ser la línea que marca la diferencia entre la vida y la muerte? ¿Merecen nuestras mascotas que también conozcamos «sus» primeros auxilios?
La gran mayoría de las personas no tiene formación acreditada en primeros auxilios. Si acaso, tiene nociones de cómo se hace una Reanimación cardiopulmonar (RCP) o la maniobra anti-atragantamientos conocido como «maniobra de Heimlich». Sin embargo, buena parte de esas nociones la ha «aprendido» por mera imitación, sin conocer los detalles del proceso. Ha visto tantas veces una RCP en el cine o en la televisión que más de uno/a pensará que, dado el momento, no tiene que ser tan difícil ponerla en práctica. Lo mismo con la maniobra Heimlich: «abrazamos» a alguien por la espalda y a apretar… Obviamente, no es tan sencillo.
¿Y cuándo se trata de mascotas y primeros auxilios?
Si admitimos que, en líneas generales, nuestra formación en primeros auxilios deja mucho que desear; lo que sabemos de técnicas de atención primaria a animales es prácticamente nada. Por ello, desde El Foro de Ceuta queremos dejarle unas indicaciones basadas en los primeros auxilios sobre cómo actuar en casos de asfixia, atragantamiento o parada cardiorrespiratoria en mascotas.
En primer lugar, aplique la máxima de los primeros auxilios ya sea en personas o en mascotas: no haga nada de lo que no esté seguro/a al 100%. Si duda, no actúe salvo para pedir ayuda. Podría acabar haciendo más daño a su mascota del que ya tuviera.
Si se siente seguro/a para actuar, el primer paso es buscar el pulso del animal: trate de hacerlo colocando su índice bajo el muslo, el tobillo o en el pecho (a la altura del corazón).
Si no lo encuentra, hay otro signo que nos puede indicar la ausencia de pulso: el estado de las encías. Si presentan un color grisáceo, es debido a una falta de riego sanguíneo (ausencia de pulso). Si no han llegado a oscurecerse aún compruebe el tiempo de recarga capilar. Si bien no es una técnica que esté especialmente indicada para estos casos, nos puede servir de guía. Presione con la yema de un dedo la encía del animal (esto debería producir un desplazamiento de la sangra acumulado en los capilares que hay bajo la encía) y retire la presión. Si la encía no recupera su color normal en menos de dos segundos, probablemente será debido a un mal -o inexistente- riego sanguíneo.
Reanimación cardiopulmonar
Supongamos que ha podido comprobar y confirmar que su mascota no tiene pulso ¿Qué hacer ahora? Sin perder tiempo, debe realizar una maniobra de RCP siguiendo estos pasos:
- Tumbar al animal sobre el costado derecho, de modo que el lado izquierdo quede hacia arriba y pueda aplicarse la maniobra directamente sobre el corazón.
- Colocar las palmas de las manos sobre las costillas (justo detrás de la articulación de la pata delantera).
- Comenzar a realizar compresiones. El masaje debe ser firme, pero no debe ejercerse demasiada fuerza.
- Comprobar el pulso después de un minuto y, si no lo ha recuperado, volver a hacerlo después de varios minutos.
- Continuar realizando la RCP hasta que el animal tenga pulso y respire.
- Concluir la maniobra si el animal no ha sido reanimado después de 20 minutos.
Para gatos y perros de menos de 15 kilos, se realizarán cinco compresiones por cada insuflación de aire, las mismas que para animales de entre 15 y 40 kilos. Para los que superen los 40 kilos, se emplearán diez compresiones por cada soplo de aire.
El animal tiene pulso pero no respira
Supongamos que nuestra mascota tiene pulso pero no respira. Tenemos dos posibilidades: no le está llegando el aire a las vías respiratorias o las tiene obstruidas.
Si estamos ante el primer caso, hasta que podamos recibir ayuda profesional, tendremos que ser nosotros mismos quienes le hagamos llegar el aire a nuestra mascota. Si se trata de perro o un gato de tamaño pequeño, tendremos hacer insuflaciones que abarquen su hocico y su boca, si son animales de mayor tamaño será suficiente con insuflaciones a través del hocico. Esta maniobra sencilla mantendrá a nuestra mascota oxigenada hasta que reciba atención veterinaria.
Sin embargo, si estamos ante la segunda hipótesis y existe una obstrucción total o parcial de las vías respiratorias, tendremos que usar la maniobra de Heimlich aplicada a animales:
- Colócate detrás del perro, de espaldas a ti. Si es pequeño arrodíllate para facilitar la maniobra. Si el perro está inconsciente tumbado, pon una mano en su espalda como apoyo y con la otra mano aprieta el abdomen hacia arriba y adelante.
- Rodea la cintura del perro con los brazos. Con la mano hecha un puño colócala en la parte blanda del abdomen, justo debajo de la última costilla del perro, y envuelve el puño con la otra mano. Si es pequeño en lugar del puño entero utiliza solo los nudillos de una mano.
- Presiona de forma firme y rápida, detrás de la caja torácica y espina dorsal del perro, 4-5 veces.
- Revisa la boca y retira el objeto con los dedos, comprueba que respira.