«Alegremente» puede ser un adverbio que denota como está uno o una circunstancia. O como se está haciendo una cosa, en este caso, un taller de pintura. O, si cambiamos el orden de las palabras, puede ser «mente alegre».
Como el arte, cada persona lo puede interpretar a su manera. Es tan importante lo que al espectador le transmite la obra como el proceso que ha vivido el artista, como ha trabajado la mirada, se ha esforzado en plasmar una idea y a tenido que aprender a hacerlo. Sobre las personas con discapacidad intelectual aún hay muchos estigmas, y la exposición de Proi los rompe a pincelazos por sexta vez.
Los cuadros elaborados por participantes del taller estarán expuestas en el Museo del Revellín hasta el 30 de agosto. Las obras se pueden comprar, colaborando de esta manera con las asociación de ocio inclusivo. Por segundo año consecutivo, el pintor Antonio San Martín ha sido el tutor de los artistas, que hoy le han querido agradecer efusivamente su tiempo.