La DANA y sus consecuencias laborales
Durante la reciente DANA en Valencia, muchos trabajadores se encontraron en situaciones peligrosas debido a la falta de protocolos claros por parte de sus empleadores. Bárbara Jiménez, una trabajadora en un centro comercial, relató cómo su supervisor no permitió que ella y sus compañeros abandonaran el lugar hasta que las alertas llegaron a sus móviles, ya demasiado tarde.
Legislación existente y sus limitaciones
La legislación española contempla la protección de los trabajadores ante riesgos graves e inminentes, como lo establece el artículo 21.1 de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales. Sin embargo, expertos como Henar Álvarez sugieren que esta normativa podría mejorarse mediante la protocolización de respuestas específicas para catástrofes naturales.
Obligaciones empresariales
Las empresas están obligadas a actuar cuando los trabajadores puedan estar en peligro. Esto incluye prever riesgos relacionados con fenómenos meteorológicos adversos, como lo estipula el decreto de 2023 sobre el calor extremo. María Teresa Igartua destaca que España es pionera en Europa en esta materia, aunque aún hay margen para mejorar.
Necesidad de protocolos claros
El inspector Luis Tobajas y el abogado Juan Antonio Salmerón coinciden en que la ley debería especificar qué medidas deben tomarse ante alertas rojas. Esto facilitaría la investigación de incumplimientos y garantizaría la seguridad de los trabajadores. Además, la catedrática Igartua señala que muchas empresas no han incorporado estas previsiones en sus planes de emergencia.
Acciones para los afectados
Los trabajadores tienen derecho a abandonar su puesto si existe un riesgo grave. En caso de incumplimiento por parte de las empresas, pueden presentar denuncias ante la Inspección de Trabajo. Asimismo, las empresas pueden recurrir a ERTEs por fuerza mayor para suspender actividades sin perjudicar a los empleados.
Conclusión
La DANA en Valencia ha evidenciado la necesidad de mejorar la implementación de las leyes laborales en situaciones de emergencia. La creación de protocolos específicos y la concienciación sobre los riesgos climáticos son pasos esenciales para proteger a los trabajadores y evitar futuras tragedias.