Agricultores y ganaderos han vuelto a salir a las calles de Madrid este lunes, convocados por las organizaciones agrarias Asaja y COAG. La manifestación comenzó a las 11:00 horas frente al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, donde los manifestantes expresaron su descontento con el acuerdo entre la Unión Europea y Mercosur.
Desde finales de 2023, el sector agrario ha protagonizado una serie de protestas en todo el país, culminando en una gran tractorada en el centro de Madrid en febrero. Las organizaciones convocantes consideran que las medidas implementadas por el gobierno son insuficientes para abordar los problemas persistentes del sector.
Los manifestantes destacan los altos costes de producción y los bajos precios en origen como factores críticos que amenazan la viabilidad de sus explotaciones. Muchos agricultores temen el cierre inminente de sus negocios si no se toman medidas efectivas.
Además, exigen reformas en la Ley de la Cadena Agroalimentaria y mejoras en el sistema de seguros agrarios. También critican la falta de inversiones en infraestructuras y una política hidráulica adecuada, lo que agrava los problemas de gestión de recursos hídricos.
El acuerdo con Mercosur es visto como una amenaza significativa para el sector agrícola español. Según Asaja y COAG, las importaciones de productos agrarios de países como Mercosur, Chile y Marruecos, a precios inferiores a los costes de producción locales, generan una competencia desleal y pérdidas insostenibles para los agricultores europeos.
El secretario general de COAG, Miguel Padilla, ha manifestado su preocupación por el impacto negativo del acuerdo en el sector agrícola, mientras que el presidente de Asaja, Pedro Barato, ha denunciado el uso de fitosanitarios y hormonas en las producciones latinoamericanas, prácticas restringidas en Europa.
Por otro lado, el ministro de Agricultura, Luis Planas, defiende el acuerdo como una gran oportunidad para España, destacando los beneficios económicos y los compromisos ambientales y laborales incluidos en el pacto. Sin embargo, el sector agrario sigue escéptico y exige un cambio en las políticas actuales.
La situación actual refleja un conflicto entre las expectativas del sector agrícola y las decisiones políticas a nivel europeo. Los agricultores y ganaderos españoles continúan luchando por un futuro más justo y sostenible para sus explotaciones.