El pasado viernes, cientos de vecinos de más de treinta municipios de la Comunitat Valenciana se congregaron para exigir la dimisión del president de la Generalitat, Carlos Mazón. La protesta se centró en la gestión de la emergencia provocada por la DANA que, hace un mes, dejó más de 200 muertos en la región.
Las concentraciones comenzaron a las 19:30 horas, donde se guardó un minuto de silencio en memoria de las víctimas y para denunciar las negligencias institucionales. A las 20:11 horas, coincidiendo con el momento exacto en que se emitió el aviso de ES-Alert el 29 de octubre, los vecinos hicieron sonar las alarmas de sus teléfonos como señal de protesta.
Uno de los puntos de encuentro fue la plaza de la Virgen en Valencia, donde centenares de personas corearon frases como «Mazón dimisión» y «el president a Picassent«. Esta concentración fue organizada por un grupo de movimientos sociales que ya había logrado reunir a 130,000 personas en una manifestación previa el 9 de noviembre.
Los manifestantes portaban carteles con los nombres de sus localidades y el número de fallecidos en cada una, destacando lugares como Paiporta con 45 víctimas, Sueca con 1, y Riba-roja con 7. Estas cifras reflejan el impacto devastador de la riada en diversas comunidades.
Además de las concentraciones en Valencia, se llevaron a cabo protestas en una quincena de comarcas de las tres provincias de la Comunitat Valenciana. Colectivos de al menos treinta municipios, muchos de ellos gravemente afectados por la riada, se unieron a estas manifestaciones.
Estas acciones son el preludio de una nueva manifestación convocada para este sábado, que comenzará a las 18:00 horas en la plaza del Ayuntamiento de València. Bajo el lema «Mazón, dimisión«, los organizadores esperan una participación masiva para seguir presionando a las autoridades.
La comunidad valenciana continúa lidiando con las secuelas de la DANA, y el descontento hacia la gestión gubernamental sigue creciendo. Los vecinos exigen no solo respuestas, sino también medidas concretas para evitar que una tragedia similar vuelva a ocurrir.