Almaraz se convierte en el epicentro de una protesta multitudinaria este sábado, donde miles de personas han salido a las calles para expresar su rechazo al cierre de la central nuclear local. Con pancartas en mano, los manifestantes recorrieron el trayecto desde la plaza del consistorio hasta las puertas de la central, cuya clausura está prevista para comenzar en 2027 y concluir en 2028.
La manifestación fue organizada por los ayuntamientos de la zona y la plataforma ciudadana «Sí a Almaraz, Sí al futuro». A las 10:30 horas, la marcha comenzó con un ambiente de unidad y determinación, reflejando la importancia de la central para la comunidad local.
Una vez en las puertas de la central, se leyó un manifiesto elaborado por la plataforma, seguido de varias intervenciones que subrayaron la necesidad de mantener la planta operativa. Los organizadores destacaron que la central proporciona empleo directo e indirecto a casi 3,000 personas y representa un 7% de la demanda energética nacional.
Presencia política en la marcha
La protesta contó con la participación de destacados representantes políticos, incluyendo a la presidenta de la Junta de Extremadura, María Guardiola (PP), y el alcalde de Navalmoral de la Mata, Enrique Hueso Retamosa. También asistieron los presidentes de las Diputaciones de Cáceres y Badajoz, Miguel Ángel Morales y Miguel Ángel Gallardo, respectivamente.
Gallardo, quien recientemente reafirmó su liderazgo en el PSOE de Extremadura, enfatizó la importancia de la central para la economía regional, señalando que su cierre podría tener consecuencias devastadoras para la comarca cacereña del Campo Arañuelo.
Impacto económico y energético
La central de Almaraz no solo es crucial para el empleo local, sino que también contribuye con más de 97 millones de euros anuales al entorno de las instalaciones. Este aporte es esencial para el desarrollo económico de la región, argumentan los colectivos afectados.
Los manifestantes abogan por la continuidad de la central como una fuente de energía limpia y estable, en un momento en que la transición energética es un tema candente en la agenda nacional. La incertidumbre sobre el futuro de la planta ha generado preocupación entre los residentes, quienes temen por el impacto económico y social que podría acarrear su cierre.
Un llamado a la acción
La manifestación de este sábado es un claro llamado a las autoridades para reconsiderar la decisión de cerrar la central. Los participantes instan al Gobierno central a dialogar con las comunidades afectadas y explorar alternativas que permitan la continuidad de la planta, garantizando así un futuro sostenible para Almaraz y sus alrededores.
Con el respaldo de líderes políticos y ciudadanos, la protesta en Almaraz destaca la importancia de la central nuclear no solo como fuente de energía, sino como pilar económico y social de la región. La comunidad espera que su voz sea escuchada y que se tomen medidas para asegurar su futuro.