En la proposición, los socialistas también piden fomentar que todas las nuevas construcciones escolares sean sostenibles y con la menor huella de carbono posible. Y por último, reforzar y promover programas educativos y actividades complementarias para el alumnado destinados a adquirir hábitos y competencias para combatir el cambio climático y mentalizar sobre sus efectos adversos
El Grupo Parlamentario Socialista (GPS) en la Asamblea ha presentado una propuesta al pleno ordinario de octubre en la que solicita un acuerdo para la colaboración de la Ciudad con el Gobierno de España y el resto de las comunidades autónomas en la adaptación de los centros educativos al cambio climático, con medidas dirigidas a minimizar los efectos de las olas de calor y para introducir paulatinamente sistemas de provisión energética y de calefacción más sostenibles basados en energías renovables.
En su exposición de motivos, el Grupo Socialista explica que «hoy es imposible negar la realidad del cambio climático, ya que sus consecuencias se pueden observar en todos los ámbitos que afectan a nuestras vidas, y el mismo llega también a la educación, no sólo como parte del currículo que se debe estudiar en las distintas etapas, sino como un fenómeno que afecta al bienestar de la comunidad educativa en los centros escolares, fundamentalmente por las olas de calor o fuertes temporales«.
En este sentido, los socialistas indican que una parte importante de los centros educativos no están preparados para poder hacer frente a las inclemencias del cambio climático, y que, además, no están adaptados para ser energéticamente sostenibles.
Es por ello que desde el GPS se eleva a Pleno una propuesta para colaborar con El Gobierno de España y el resto de las comunidades autónomas en la adaptación de los centros al cambio climático, con medidas para minimizar los efectos de las olas de calor y para introducir paulatinamente sistemas de provisión energética y de calefacción más sostenibles basados en energías renovables.
En la proposición, los socialistas también piden fomentar que todas las nuevas construcciones escolares sean sostenibles y con la menor huella de carbono posible. Y por último, reforzar y promover programas educativos y actividades complementarias para el alumnado destinados a adquirir hábitos y competencias para combatir el cambio climático y mentalizar sobre sus efectos adversos.