Carles Puigdemont ha intensificado sus advertencias al Gobierno de Pedro Sánchez, insinuando que podría poner en peligro su estabilidad. Sin embargo, el líder de Junts evita aclarar si respaldaría una moción de censura promovida por el Partido Popular y Vox.
Carles Puigdemont, líder de Junts per Catalunya y eurodiputado en Bruselas, ha vuelto a situarse en el foco político con una serie de declaraciones que han generado inquietud en el Ejecutivo de Pedro Sánchez. Durante una intervención pública, Puigdemont advirtió que tiene el poder de “tumbar” al actual Gobierno, pero evitó detallar cómo planea llevar a cabo esta amenaza, dejando en el aire las posibles implicaciones de sus palabras.
El líder independentista catalán aseguró que el PSOE no debe dar por garantizado el apoyo de Junts en futuros escenarios clave, recordando que la estabilidad del Gobierno de coalición depende de las alianzas parlamentarias. “Podemos cambiar el curso de los acontecimientos si así lo decidimos”, afirmó, aunque sin mencionar explícitamente si respaldaría una hipotética moción de censura promovida por el PP y Vox.
Esta ambigüedad en sus declaraciones ha despertado especulaciones en el panorama político. Mientras que algunos interpretan las palabras de Puigdemont como una advertencia directa al Gobierno para que cumpla con sus compromisos en materia de diálogo y amnistía, otros consideran que se trata de una estrategia para mantener la presión sin comprometerse a decisiones que podrían ser impopulares entre su electorado.
Desde Moncloa, fuentes cercanas al presidente Pedro Sánchez han restado importancia a las declaraciones del líder catalán, calificándolas de “gestos retóricos”. Sin embargo, el Partido Popular y Vox han aprovechado la ocasión para insistir en la fragilidad del Ejecutivo y en la necesidad de un cambio político.
Puigdemont ha sido un actor clave en la política española desde su autoexilio en Bélgica tras los acontecimientos del 1-O en 2017. En los últimos meses, ha utilizado su influencia en el Parlamento Europeo y en la política catalana para mantener su relevancia en los debates nacionales, especialmente en temas como la reforma del delito de sedición y la ley de amnistía, piezas clave en la negociación entre el PSOE y las fuerzas independentistas.
Con las próximas votaciones en el Congreso a la vista, la postura de Junts podría ser decisiva para la estabilidad del Gobierno de Pedro Sánchez. Mientras tanto, la falta de concreción en las amenazas de Puigdemont plantea interrogantes sobre sus verdaderas intenciones y el impacto que podrían tener en el actual equilibrio político.
En un contexto de elevada tensión y polarización, la relación entre el Gobierno central y los partidos independentistas sigue siendo un elemento crítico para el futuro de la legislatura. La ambigüedad de Puigdemont podría ser tanto una táctica de negociación como un preludio de cambios significativos en el tablero político español.