El Mundo publicó el domingo 14 la historia de Borja, un hombre de 26 años que ha sido condenado a dos años de cárcel por homicidio imprudente al golpear y matar a un ladrón en Fuengirola (Málaga) que junto con otra persona se había quedado con el bolso de una mujer tras agredirla. El caso ha saltado este martes al terreno político al solicitar Vox su indulto, otorgarle la medalla al Mérito Civil, pedir la reforma del Código Penal y lanzar un campaña de crowdfunding para recaudar los 180.000 euros que debe pagar como indemnización a las dos hijas del fallecido.
Maldita.es ha contactado con el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía para obtener la sentencia y conocer más sobre el caso. El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía nos ha facilitado la sentencia y explicado que el Juzgado de lo Penal número 9 de Málaga sentenció el 26 de diciembre de 2018. Esta sentencia fue apelada por el condenado pero fue confirmada por la Sección 2ª de la Audiencia Provincial de Málaga el 26 de abril de 2019. El 28 de junio de 2019 el juzgado dictó un auto abriendo la ejecución y el condenado solicitó la suspensión de la condena. El procedimiento, actualmente, se encuentra en fase de traslado a las partes de la solicitud por parte de la defensa del penado de lasuspensión de la pena privativa de libertad y de un recurso de reforma interpuesto contra aquel auto. Es decir, el juez tendrá que resolver si acuerda o no la suspensión de la condena.
El juez argumenta en la sentencia que Borja no avisó a las autoridades tras agredir al ladrón
Según los hechos probados de la sentencia, Borja y dos mujeres que le acompañaban acudieron en auxilio de una mujer que estaba siendo golpeada por un hombre y una mujer para «sustraerle el bolso que portaba». Mientras que las dos mujeres se quedaron en compañía de la víctima del robo, Borja salió corriendo tras el ladrón «para recuperar el bolso sustraído». Tras alcanzar al ladrón y al negarse a entregar el bolso, se produjo un forcejeo entre ambos en el curso del cual Borja, «siendo consciente de las graves consecuencias que podría causar con su acción aunque sin pretender ni consentir la efectiva producción de las mismas», dio dos puñetazos al ladrón, uno de ellos en la cabeza y otro en la cabeza, en el cuello o en el hombro. Este golpe «determinó que cayera al suelo, sufriendo un traumatismo craneoencefálico con hemorragia cerebral que le provocó la muerte» dos días después.
El juez fundamenta que se trata de un caso de homicidio por imprudencia graveal considerar acreditada la agresión, consistente en dos puñetazos, y el posterior abandono del lugar despreocupándose «del estado del agredido sin dar cuenta a la autoridad policial o sanitaria» que acudió al lugar.