La cultura del consumismo, incentivada por la publicidad, el marketing y el afán de escaparatismo, hacen que el concepto de ropa de fondo de armario se convierta, más bien, en un agujero negro. Cáritas, Inditex, entidades sociales y asociaciones de vecinos y vecinas nos cuentan cómo hacen de enlaces entre quienes malgastan porque se lo pueden permitir y quienes tienen que dejar a un lado el sentimiento de vergüenza para pedir lo que necesitan. La Ciudad, con ayuda de los fondos FEDER, está trabajando en la instalación de contenedores para la recuperación de ropa en La Marina, Puertas del Campo, Plaza Nicaragua y Los Rosales
«Tarjetazo, que para eso trabajo». ¿Quién no ha pensado eso alguna vez? No hace falta tener muchos ceros en la cuenta para acumular ropa en el armario, las propias rebajas de temporada te mueven a querer adquirir aquello que no necesitas por un precio muy bajo con la muletilla de los 99 céntimos para que piques. La cultura del consumismo, incentivada por la publicidad, el marketing y el afán de escaparatismo, hacen que el concepto de ropa de fondo de armario se convierta, más bien, en un agujero negro. Un agujero sin fondo al que nos asomamos cada vez que hacemos el cambio de temporada y nos encontramos con esos «por si acasos» que nunca acabamos usando. Cáritas, Inditex, entidades sociales y asociaciones de vecinos y vecinas nos cuentan cómo hacen de enlaces entre quienes malgastan porque se lo pueden permitir y entre quienes tienen que dejar a un lado el sentimiento de vergüenza para pedir lo que necesitan.
Cuando viajamos a la Península, desde el coche o el autobús, vemos unos contenedores de ropa y calzado que no son comunes en la ciudad autónoma. Sin embargo, eso no implica que la sociedad ceutí no necesite tener un lugar donde depositar aquella ropa que ya no necesita. ¡Ojo! No estamos hablando de ropa estropeada, sino aquella que por diversas cuestiones ya no queremos usar, que no está para tirarla, y que hay otras personas que pueden revalorizarla.
¿Qué podemos hacer en Ceuta para darle una segunda vida a la ropa que ya no necesitamos?
La diputada no adscrita, María del Carmen Vázquez, proponía al Pleno de la Asamblea en enero de 2021 la posibilidad de instalar contenedores de ropa usada en las calles de la ciudad autónoma para fomentar el reciclaje, así como para despertar la conciencia social y medioambiental. Vázquez abogaba por un modelo de economía circular donde se pueda generar empleo con la limpieza y la puesta a punto de las prendas. Asimismo, aclaró que no se trataba de convertir esta salida en una oportunidad de negocio a la picaresca. La intervención finalizó con el apoyo, aunque tímido, del Gobierno, que prometió analizar la viabilidad logística y económica de la propuesta.
En la sesión de control de mayo de 2022, la diputada interpeló al Gobierno de la Ciudad sobre esta propuesta que había sido aprobada, a lo que el consejero de Medio Ambiente y Servicios Urbanos, Yamal Dris, respondió que la instalación de los contenedores de ropa usada se encontraba en fase de diseño. Efectivamente, la Ciudad tiene previsto, en el marco de los fondos europeos FEDER, implantar la recogida separada con contenedores en la vía pública y desarrollar un programa de recuperación de ropa para su reutilización con entidades sin ánimo de lucro vinculadas al ámbito social. Esto se coordina desde la Consejería de Medio Ambiente y Servicios Urbanos y PROCESA, que depende de la Consejería de Hacienda, Economía y Función Pública. Según apuntó Dris, las zonas elegidas para dichos contenedores serían La Marina, Puertas del Campo, Plaza Nicaragua y Los Rosales.
En estos momentos, lo más parecido que hay en la ciudad autónoma son los Puntos Limpios, Ecoparques o Ecopuntos de TRACE donde se deposita la ropa y el calzado usado, sin embargo, esto es solo para residuos textiles.
Cáritas: «Lo que no quieras para los tuyos, no lo quieras para los demás»
Esta organización perteneciente a la Iglesia católica tiene una gran actividad en la recogida de enseres para ponerlos a disposición de las personas que más lo necesitan. El presidente de Cáritas en Ceuta, Manuel Gestal, nos dice que las instalaciones en las que se deposita la ropa donada están desbordadas. Por lo que queremos dejar claro que este reportaje no es un llamamiento para llevar nuestras prendas a Cáritas en estos momentos. Así lo confirman Javier e Isabel, encargados del ‘Ropero de Cáritas’, que nos han recibido en la Parroquia de Nuestra Señora del Valle, donde hemos comprobado cómo se apilan las cajas de ropa sin que dé tiempo a darles salida. También están presentes en otros puntos solidarios como son la parroquia de Santa Beatriz de Silva, Los Remedios y Santa Teresa.
Cuando la ropa llega a ellos pasa por una cuarentena, es decir, le dan un tiempo para asegurarse que está desinfectada. Posteriormente, se limpia, se plancha, se dobla y se clasifica por categorías: bebés, niños y niñas hasta la talla 16 años, luego la S, M, L, XL, etc. Tienen hasta vestidos de comunión o trajes de boda. En muchas ocasiones, la ropa llega hasta con las etiquetas. Sin embargo, admiten que hay veces en las que les ha llegado ropa estropeada y desgastada, como si Cáritas fuera un contenedor de basura. Contra esto, el consejo que Isabel da a la hora de preparar una bolsa para donar ropa es que «lo que no quieras para los tuyos, no lo quieras para los demás». Hay tiendas como Zara o Inside que, cuando les llegan un pedido defectuoso o equivocado, donan la ropa a Cáritas porque les sale más barato que el proceso de devolución.
¿Cómo se la hacen llegar a los futuros dueños? Por ejemplo, en El Valle son los viernes, que aprovechan para instalar en el patio de la parroquia una especie de mercadillo solidario. El voluntariado recibe una lista donde se indica la edad y la talla de la o las personas que necesitan estas prendas. Ni más, ni menos. Atienden a toda la ciudadanía sin ningún tipo de distinción, sean de la barriada que sea. Pero todo desde el anonimato para preservar la identidad de esa persona porque, eso sí, el sentimiento de vergüenza del tiene que pedir está más presente en nuestra sociedad que el del que presume de todo lo que le derrocha.
‘Join Life’ Dale una nueva vida a la ropa que ya no utilizas
Desde hace dos años, las tiendas de Inditex cuentan con contenedores de ropa usada gracias a un convenio con Cáritas, aunque es un programa diferente al mencionado anteriormente. En Massimo Dutti, van a contenedor por día, en Zara lo recogen cada dos o tres días, y en Pull&Bear según las necesidades. Son las mismas empresas las que envían la ropa usada de vuelta para la Península en los mismos camiones que traen la mercancía. Una vez allí, gracias al programa Moda-Re, pasan por un proceso para darle una segunda oportunidad a la ropa. La limpian, la restauran y la vuelven a etiquetar, para venderla a bajo coste.
Algo que deberíamos de saber a la hora de reciclar ropa y calzado
Con la donación de textiles también hay malentendidos. Es el caso de Cruz Roja, que no paran de preguntarle si recogen ropa usada, la respuesta es que no. Cruz Blanca sí que recibía donaciones anteriormente, pero se vieron suspendidas tras la pandemia. Desde Digmun nos confirman que antes también lo hacían, sin embargo, desde que no tienen subvenciones no tienen voluntarios suficientes para que se dediquen a ello. Con la tienda Feel Vintage pasa algo curioso, y es que la mayoría de las personas confunden la ropa vintage con la ropa de segunda mano, por lo que hay mucha gente que se le pregunta a Yolanda, la dueña, si puede dejar ropa usada allí, y la respuesta también es negativa, ella no recoge ropa usada. Desde Remar sí que recepcionan textiles y calzados, y aunque suelen utilizarlos para convertirlos en trapos para trabajar, es cierto que una parte la revenden en sus instalaciones.
Las asociaciones vecinales también sirven de enlace para quienes quieren desechar ropa de sus armarios y quienes ven en esas prendas despreciadas artículos de gran calidad. La Asociación Vecinal 317 VPO de Loma Colmenar, perteneciente a la Federación Provincial de Asociaciones Vecinales, hace una gran labor para dar una segunda oportunidad a las cosas que ya no queremos en casa. Su presidente, Mohamed Tarek, nos cuenta que uno de los mayores colaboradores de siempre ha sido el ya fallecido Raju Shivdasani, de Kids College, a quien agradece su solidaridad.
Las campañas de recogida de ropa se publican en el grupo de Facebook que tienen con el nombre de la asociación, ahí contactan tanto quienes tienen ropa como quienes la necesitan. Cuando recogen la ropa, la asociación la limpia y la almacena, y el voluntariado se encarga de clasificarla por género y tallas en unas mesas que habilitan para ello. La distribución la hacen según las necesidades de las familias, que entregan una lista con las edades y las tallas de los miembros que necesitan la ropa. En la última recogida se consiguieron alrededor de 600 o 700 kilos de textiles.
«Haz el bien y no mires a quien»
El anonimato sigue siendo el ingrediente común de este acto solidario. Pero también lo es para el voluntariado, ya que hay quienes consideran que consideran que a la hora de hacer una buena causa no hay que mostrar quienes la llevan a cabo. Mientras que exista la desigualdad en el poder adquisitivo de las personas, el reciclaje medioambiental y la conciencia social será una de las contundentes respuestas contra la cultura del consumismo.