En una charla coloquio no muy lejana en el tiempo, referente a lo que supuso el ferrocarril a comienzos del siglo XX para Ceuta, concluía que fue el proyecto de futuro para nuestra ciudad hasta la década de los cincuenta y aunque terminó siendo la historia de un sueño no cumplido, hay que reconocer el esfuerzo que los ceutíes y sus representantes pusieron en el empeño por conseguir unas comunicaciones con el África francesa, que permitiera a la ciudad de Ceuta presentarse ante Europa como la puerta de entrada al comercio con el continente africano.
En ese pertinaz intento por convertir esta Ciudad en la llave de entrada al continente africano, radica precisamente el espejo donde mirarnos, tomándolo como referencia para mejorar nuestra situación y aunque es cierto que no se consiguió, el esfuerzo y las metas que se fijaron lo hacen hoy ejemplo de lo que debemos intentar realizar para lo que resta del siglo XXI; “necesitamos un proyecto ilusionante”. El diagnóstico de lo que está mal lo conocemos y padecemos todos los ciudadanos, lo que queremos saber de nuestros gobernantes es la solución que aportan.
La ausencia de un proyecto de futuro y del camino a seguir es lo que nos inquieta. Nuestra Ciudad carece de objetivos definidos a medio y largo plazo y a eso deben concurrir los esfuerzos de quién nos representan en la Asamblea y también, de todos los que la amamos y deseamos lo mejor para Ceuta. No pidamos imposibles pero colaboremos en cambiar aquello que NO nos satisface como ciudadanos. La forma de conseguirlo es eligiendo las mejores propuestas y sugerencias, entendiendo estas como un objetivo común sin que confundamos la meta que nos proponemos con estaciones intermedias que pueden ser necesarias, pero nunca confundidas con el fin propuesto. Hace falta definir el/los objetivo/s principal/es a alcanzar por esta ciudad que determinará forzosamente nuestra política y forma de proceder en la próxima década.
Mis deseos como ciudadano son dos; un proyecto común ilusionante y evitar las cortinas de humos que nos desvían de su consecución. Los ciudadanos deseamos que en las próximas elecciones todos “hablasen para que los veamos”, (Lucius A. Séneca). Para ello no existe nada mejor que escuchar todas las propuestas, su viabilidad, formas de ejecutarlas y el equipo humano elegido para llevarlas a cabo.
Es preciso salir de la indefinición y necesariamente fijar las metas que conduzcan esta Ciudad a pensar en cosas distintas a las subvenciones. Ceuta debe apostar por el comercio, o por el turismo, o por la formación, o por industria subsidiaria, o por todos a la vez, o por cualquier otro distinto de los mencionados, pero para ello habrá que DECIDIR el camino a emprender con decisión y valentía, es decir, que se necesita decidir lo que se quiere hacer y valentía para llevarlo a cabo. Cualquier decisión enojará a algunos y contentará a otros, pero nunca se obtendrá el beneplácito de todos y en eso consiste precisamente la acción de gobernar.
Nunca me gustaron aquellos amigos que cuando salíamos en grupo los domingos por la tarde, decían a todos los lugares propuestos por los demás, que NO, sin que se decidiese a proponer algún otro sitio alternativo. El no por el no, nunca me agradó. La crítica destructiva es la excusa perfecta para la inacción, las grandes y elocuentes frases están muy bien, pero mejor es acompañarlas de hechos, aunque sea cometiendo errores. Pero más grave aún es que nos cuenten los problemas a quienes lo padecemos, como si no nos hubiéramos enterado.
La ciudadanía desea escuchar soluciones o al menos propuestas claras, con objetivos y metas que mejoren nuestra Ciudad. Esperemos ver en este tiempo que queda hasta las elecciones, esa forma de proceder, pues la firmeza en las actuaciones y programas y la denuncia de lo que se considera equivocado, no están reñidas con las buenas formas, la educación y el respeto que todos nos merecemos de quienes cobran e nosotros. Es mucho más importante el contenido de la propuesta, es lo que pido y exijo a todo aquel que quiera convencerme para que le vote en las próximas elecciones: “Objetivos, propuestas bien definidas y educación para debatirlas”. Pedir un nivel cultural adecuado me parece ya excesivo.
NO BUSQUES LA FALTA, ENCUENTRA EL REMEDIO. Henry Ford