La Ciudad ha acordado el cierre de las naves del Tarajal el 31 de marzo y está trabajando en la búsqueda de soluciones para los acogidos con nacionalidad española. En cuanto a los migrantes, aseguran que quedan ahora mismo 70 personas y que todos son solicitantes de asilo, por lo que se esperan que puedan salir de la ciudad y no se queden en situación de calle
Hace más de un mes que la Ciudad Autónoma anunció el cierre de las naves del Tarajal y decenas de migrantes allí albergados salieron a la calle en modo protesta. En ese momento, 7 de febrero, se alojaban a 175 personas, la mayoría personas migrantes que llegaron a nuestra ciudad durante la crisis migratoria del pasado mes de mayo, y 16 de ellas ceutíes en situación de calle. Actualmente, y según han informado hoy desde el Ejecutivo local, el número se ha reducido a unos 70 migrantes, todos marroquíes, y 11 con nacionalidad española.
El portavoz adjunto del Gobierno, Carlos Rontomé, ha concretado esta mañana que se tiene previsto el cierre el 31 de marzo y que se está trabajando en la búsqueda de soluciones para los nacionales acogidos. En cuanto a los migrantes, apunta que todos son solicitantes de asilo y por lo tanto, una vez sea su solicitud admitida a trámite, podrán moverse por territorio español y salir de la ciudad, por lo que no se quedarán en situación de calle.
Las naves del Tarajal, que han sido adquiridas por la Ciudad para atender situaciones de emergencia, se habilitaron como alojamiento temporal tras la crisis de mayo y la llegada de miles de personas a Ceuta. Llegaron alojarse más de 300 personas en este recurso y la vicepresidenta y consejera de Presidencia y Relaciones Institucionales, Mabel Deu, cifraba en 111 los migrantes el pasado 9 de febrero.
Deu ya explicó que las naves del Tarajal “no son un recurso habitacional, son unas naves que la Ciudad está en proceso de adquisición para tenerlas como espacio de emergencia, contingencia y también de almacén para diversas cuestiones que puedan ir sucediendo como han ocurrido en los dos últimos años, donde tuvimos que sacrificar pabellones deportivos para albergar a menores y migrantes por la pandemia”.
Desde la Asociación Elin han denunciado que esta situación “mantiene en constante incertidumbre a personas sin alternativas con respecto a su futuro” y exigen una “una alternativa habitacional digna que evite que estas personas queden en situación de calle, así como información, transparencia y comunicación por parte del Gobierno”.