Esta semana dije adiós a la Delegación del Gobierno. Ha sido un honor y un placer trabajar por Ceuta todo este tiempo. Me llena de satisfacción haber dado todo de mi, por y para todos los ciudadanos, rodeado de tan buenos servidores públicos.
No puedo empezar esta nota sin recordar a todas las personas con las que he compartido muchos momentos de felicidad y de trabajo: parados, pescaderos, sindicatos, empresarios, periodistas, funcionarios de las distintas dependencias, policías, guardias civiles, entre otros.
Por un lado, me gustaría dar las gracias a todas las personas que confiaron en mi y que en estos días me han mostrado su afecto. Por otro lado, disculparme con todas esas personas que no he podido ayudar y, sobre todo, lo que más me duele, por no haber convencido por cambiar el modelo económico obsoleto de nuestra ciudad, por uno en el que las empresas digitales y las energías renovables fueran nuestro motor (siempre he pensado que los caballas somos capaces por nosotros mismos de crear riqueza, ya sea por nuestro enclave estratégico, nuestra diversidad cultural, nuestra riqueza gastronómica…).
Desde que accedí al cargo he intentado plantear qué era lo mejor para Ceuta. Mis propuestas económicas, que han intentado aunar tanto la visión de la patronal como la sindical, son de una visión totalmente diferente a la Ceuta actual.
Para finalizar indicar que:
- No vine a la política para estar, sino para hacer y;
- A mi me vinieron a buscar, yo nunca me ofrecí.
Lucharé siempre por defender este imprescindible cambio económico para nuestra ciudad, esté donde esté.