La quinta prórroga del estado de alarma ha sido aprobada en la votación más reñida hasta ahora con 177 votos a favor, 162 en contra y 11 abstenciones, que dejan a las claras que la unidad de la que hizo gala el Congreso de los Diputados al inicio de la pandemia ya es una cuestión del pasado y casi del olvido -por si a alguien le quedaba alguna duda-. Además, en las negociaciones para esta nueva prórroga se han tensado las relaciones entre los partidos del «pacto de investidura» siendo el desencuentro más notorio el fracaso de las negociaciones con ERC y Compromís
La quinta prórroga del estado de alarma saldrá adelanta tan solo con una diferencia de 15 votos entre síes y noes (177 votos a favor, 162 en contra y 16 abstenciones). Han votado a favor PSOE, Unidas Podemos, Ciudadanos, PNV, Más País, Coalición Canaria, PRC, Teruel Existe; en contra PP, Vox, ERC, JxCat, CUP, Compromís y Foro Asturias; y se han abstenido Bildu, Navarra Suma, Nueva Canarias y el BNG. Este reparto de votos evidencia que la crisis de la COVID-19 está pasando factura al Gobierno de coalición y a las relaciones que mantiene con partidos que fueron clave en la ivnestidura de Sánchez. Y es que el presidente del Gobierno no solo ha ido perdiendo el apoyo de los que a priori deben ser sus socios prioritarios, sino que, no ha conseguido sumar nuevos apoyos.
Si se le puede reconocer el Ejecutivo haber logrado que Ciudadanos reafirme su apoyo al estado de alarma con sus diez votos a favor. Teniendo en cuenta los resultados, un voto contrario del bloque de la formación Naranja habría echado por tierra esta nueva prórroga y hubiese colocado al Gobierno en una situación muy complicada. Sin embargo, precisamente el acercamiento a Ciudadanos es lo que ha provocado, según sus portavoces, el distanciamiento de ERC y Compromís. De hecho, Gabriel Rufián, portavoz de ERC aseguraba este martes tras la ruptura de negociaciones con el Ejecutivo central que «el Gobierno del PSOE y Unidas Podemos ha elegido socio, ha decidido apostar de nuevo por Ciudadanos».