Rafael Louzán, quien asumió el pasado 16 de diciembre la presidencia de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) tras obtener 80 votos de los 138 emitidos por la Asamblea General, comienza a perfilar su equipo directivo para los próximos años. Según las últimas informaciones, adelantadas por el larguero de la
cadena SER Louzán estaría considerando nombrar a Javier Tebas, presidente de LaLiga, como vicepresidente de la Federación, junto a David Aganzo, presidente de la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE), y Beatriz Álvarez, presidenta de la Liga F.
El nombramiento de Louzán marcó un cambio de rumbo en la RFEF, después de un periodo convulso tras la dimisión de Luis Rubiales y la inhabilitación de Pedro Rocha. Pese a las críticas durante su candidatura por su condena por prevaricación, Louzán fue respaldado por la mayoría de la Asamblea y ya ha sido confirmado como presidente para el periodo olímpico 2024-2028.
Un equipo para construir puentes
El periodista Antón Meana adelantó en Carrusel Canalla que Louzán podría anunciar esta misma semana la composición de su junta directiva. Según Meana, los futuros vicepresidentes “ya lo saben” y todo apunta a que serán Tebas, Aganzo y Álvarez. Louzán busca así construir un equipo que represente los principales sectores del fútbol español: el profesional masculino, el fútbol femenino y los intereses de los futbolistas.
De confirmarse el nombramiento de Tebas como vicepresidente, sería un movimiento significativo en la relación entre LaLiga y la RFEF, tradicionalmente marcada por tensiones. Louzán parece apostar por la reconciliación y el trabajo conjunto para devolver la estabilidad a la Federación y proyectar una imagen renovada tanto a nivel nacional como internacional.
Un reto de estabilidad y consenso
La RFEF encara un periodo crucial tras los escándalos que han golpeado su reputación en los últimos meses. Louzán ha prometido una gestión basada en el consenso y en la búsqueda de alianzas estratégicas. Incorporar a figuras como Tebas, Aganzo y Álvarez a su equipo de trabajo sería un paso en esa dirección, reforzando la conexión entre la Federación y los diferentes actores del fútbol español.
La presidencia de Louzán inicia así una etapa en la que el diálogo y la colaboración se presentan como claves para superar las divisiones y garantizar un futuro sólido para el fútbol en España.