Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, ha reafirmado su compromiso con el objetivo principal de su administración: salvar vidas y recuperar los cuerpos de las víctimas de la DANA. Esto, a pesar de los incidentes violentos que obligaron a suspender su visita a Paiporta. Sánchez ha calificado estos actos como ‘absolutamente marginales’ y ha enfatizado que no desviarán al Ejecutivo de sus metas.
En una declaración desde el Centro de Emergencias de la Generalitat Valenciana, en L’Eliana, Sánchez, acompañado por los reyes de España y el presidente autonómico Carlos Mazón, condenó cualquier tipo de violencia. Durante la visita, la comitiva fue recibida con insultos y lanzamiento de objetos, lo que llevó a una separación de Felipe VI y Mazón del resto del grupo.
Por su parte, Carlos Mazón expresó su comprensión hacia la ‘indignación social’ provocada por los efectos devastadores de la DANA en Valencia. Subrayó su obligación política y moral de enfrentar esta indignación y destacó la actitud ejemplar del Rey durante los eventos. Mazón ha insistido en que es crucial que los políticos ‘den la cara’ y trabajen para restaurar los daños lo antes posible.
Las reacciones políticas no se hicieron esperar. El líder de Vox, Santiago Abascal, criticó duramente a Sánchez, acusándolo de sonreír en la zona cero de la tragedia y exigiendo su dimisión. En contraste, la líder de Podemos, Ione Belarra, consideró comprensible el enfado de la población ante la falta de ayuda efectiva.
El expresidente catalán, Carles Puigdemont, también se sumó a las críticas, describiendo la situación como previsible y sugiriendo que podría intensificarse. Mientras tanto, el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, agradeció a los reyes por su comportamiento ejemplar.
Finalmente, el presidente de Cataluña, Salvador Illa, condenó las acciones violentas y llamó a proteger la convivencia. En medio de este panorama, la gestión de la crisis por parte del Gobierno sigue siendo objeto de debate y análisis.