Hace pocos días, salió publicada la aprobación por unanimidad en el Congreso de los Diputados de la recuperación de la asignatura de Filosofía con carácter obligatorio, a través de una Propuesta No de Ley. Esta propuesta fue rechazada por el anterior gobierno a través de la LOMCE y que fue también muy cuestionado por la comunidad educativa. Un tema que ha traído de cabeza durante estos años atrás a sus defensores, señalando el daño que iba a ocasionar al alumnado la eliminación de esta asignatura en el currículo, ya que necesitan adquirir un espíritu crítico para afrontar los nuevos retos sociales a los que se enfrentan en la sociedad actual.
Dicha Proposición No de Ley (PNL) que ha presentado Podemos y que ha sido respaldada por los grupos parlamentarios deja entrever la importancia de la recuperación de una materia muy necesaria para la formación de un pensamiento crítico en nuestros jóvenes. Esta proposición considera a la Filosofía al mismo nivel de Matemáticas, Literatura o Historia con un recorrido de tres años, primero en 4º de la ESO como Ética y en los dos años posteriores, 1º y 2º de Bachillerato como Filosofía e Historia de la Filosofía, como así venía explícito en un artículo de Samuel Sánchez en el país. Considerar la cita de Carlos Fernández Liria en su libro “¿Para qué servimos los filósfos? es de gran importancia ya que demuestra que esta asignatura no es solo necesaria para saber filosofía, sino que es imprescindible para comprender la importancia de las demás asignaturas y por lo tanto habría que subordinar a todos los departamentos al de ésta materia.
Una vez demostrada la importancia de impartir esta asignatura , es necesario también ser cautos a la hora de emprender el nuevo recorrido del currículo que se ha de establecer, puesto que si la puesta en marcha de la filosofía se pretende como mera reproducción de las biografías de los grandes filósofos, puede ser igual de válido a que no se ejecute y no se establezca, puesto que lo importante de la filosofía, la esencia y el fin de la filosofía es enseñar a filosofar, enseñar a aprender a pensar y a formar al alumnado a que construyan su pensamiento, a ser críticos con la información que recaban y reciben, a cuestionarse las realidades y planteamientos que van surgiendo de una manera autónoma sin dejarse influir por los medios de comunicación de masas ni de los relatos que se reproducen en todos los ámbitos de difusión, llegando incluso a cuestionar a los agentes educativos .
Por este motivo, bajo mi percepción y puestos a pedir, recomendaría también la introducción de esta materia desde la educación infantil, ya que es en esta etapa donde se forja el pensamiento de los niños y niñas, a la vez que marca una etapa en la que se filosofea por naturaleza misma de la edad. Los niños son curiosos por naturaleza, se hacen preguntas constantemente aprendiendo e interactuando con su entorno. Es a partir de ahí desde donde se debe ir desarrollando progresivamente las diferentes áreas del pensamiento.
No podemos continuar en la misma línea de enseñanza-aprendizaje en la que se ofrecen recetas matemáticas para resolver problemas que no se saben plantear, de estudiarse de memoria contenidos que apenas pueden preguntarse a través de una maquinaria impositiva de acumulación de contenidos y que apenas dejan pensar en lo que están realizando.
Por lo tanto, hoy más que nunca, quienes nos sentimos con la responsabilidad de transformar a la sociedad, quienes estamos en desacuerdo con este sistema capitalista neoliberal que evidencia su tramo final por disfuncional con la naturaleza, quienes pretendemos una sociedad más justa y libre y clamamos contra el periodismo mercantilizado e ideologizado y el ideario de un pensamiento único, debemos seguir insistiendo en la formación de jóvenes críticos que sean capaces de pensar por sí mismos y que se alejen de los miedos, prejuicios y estigmatizaciones que vierten sobre la sociedad y que la está convirtiendo en un proyecto global unidireccional que tan sólo está trayendo miserias y desigualdades y que nos está destinando a un vacío sin precedentes. ¡Bienvenida sea la Filosofía¡