Remedios y Vicenta, de 87 y 82 años, nunca imaginaron que podrían reencontrarse con su tío abuelo Joaquín Llin Roig. Cuando la República lo llamó a filas tras el Golpe de Estado de 1936, Remedios tenía solo dos años y Vicenta aún no había nacido. Joaquín, un joven moderno de 21 años, trabajaba en una tienda de ropa y era conocido por su estilo de vida vibrante en Oliva, Valencia. Sin embargo, la guerra lo llevó lejos, y nunca más volvieron a verlo.
El programa En Portada se puso en contacto con el historiador Joan Morell de Oliva, quien, gracias al apellido Llin, pudo rastrear a los descendientes de Joaquín. Una urna de madera encontrada en el desván del ayuntamiento de Septfonds, Francia, contenía sobres con nombres y pertenencias de 42 soldados republicanos, entre ellos Joaquín Llin Roig.
La Urna de Madera
El profesor de historia Philippe Guillén, hijo de un exiliado español, fue encargado de inventariar los objetos hallados en la urna. Pasó meses estudiando fotografías y documentos, descubriendo carteras, cartas, certificados y apuntes médicos. Cada bolsa contaba una historia única. En 2020, Guillén publicó un cómic titulado Un Republicano español: muerto a los 20 años, para dar a conocer estas historias.
Los 42 soldados, de entre 17 y 48 años, fueron llorados por sus familias, quienes nunca supieron qué les ocurrió. El silencio impuesto por la dictadura y el paso del tiempo los llevó al olvido. Las autoridades francesas de la época no informaron a las familias ni enviaron las pocas pertenencias que tenían. Ahora, estos objetos se custodian en el Archivo Departamental de Montauban.
Localizar a los Descendientes
85 años después, algunos historiadores trabajan para localizar a los descendientes. No solo hay documentos de identidad, sino también objetos personales como hojillas de afeitar, navajas y hasta una barra de labios. Las condiciones en el campo de concentración eran pésimas, y muchos enfermaron gravemente.
Yolanda Loza comenzó a investigar sobre su abuelo Ignacio Loza Santodomingo en 2017. Tras muchas consultas y correos, descubrió que su abuelo había estado en el campo de concentración de Septfonds. Al viajar a Francia y ver las pertenencias de su abuelo, inició una lucha para recuperar sus objetos y trasladar sus restos a Barcelona.
Sandra Solà, al igual que Yolanda, recorrió un camino similar para descubrir la historia de su tío abuelo Joan Mabras Torrent. Acompañada por un equipo de En Portada, viajó a Francia para reconectar con su pasado familiar.
Estas historias reflejan el esfuerzo constante por devolver la memoria a aquellos que fueron olvidados, mostrando cómo el pasado puede cobrar vida de nuevo a través de la dedicación y la investigación.