Remedios y Vicenta, de 87 y 82 años respectivamente, nunca imaginaron que podrían reencontrarse con su tío abuelo Joaquín Llin Roig. Tras ser llamado a filas durante la Guerra Civil Española, Joaquín desapareció, dejando solo recuerdos vagos en su familia. Décadas después, gracias a la labor de historiadores, su historia ha sido recuperada.
El programa En Portada contactó con el historiador Joan Morell, quien, tras investigar, logró conectar a los descendientes de Joaquín con su pasado. Una urna descubierta en el desván del ayuntamiento de Septfonds, Francia, contenía pertenencias de 42 soldados republicanos, entre ellos Joaquín.
La Urna de Madera
Philippe Guillén, profesor de historia en Toulouse e hijo de un exiliado español, fue encargado de inventariar los objetos hallados en la urna. Entre documentos y pertenencias personales, Guillén encontró historias que decidió plasmar en un cómic titulado Un Republicano español: muerto a los 20 años. Este trabajo ayudó a dar a conocer las historias de estos soldados olvidados.
Los 42 soldados, cuyas edades oscilaban entre los 17 y 48 años, fueron llorados por sus familias, pero el silencio de la dictadura y el paso del tiempo los condenaron al olvido. Sus pertenencias, ahora custodiadas en el Archivo Departamental de Montauban, son un testimonio de sus vidas truncadas.
Localizar a los Descendientes
Historiadores trabajan incansablemente para localizar a los descendientes de estos soldados. Entre los objetos encontrados hay desde documentos de identidad hasta objetos personales como navajas y cartas, cada uno contando una historia única de lucha y pérdida.
Las condiciones en el campo de concentración de Judes eran deplorables, y muchos prisioneros sucumbieron a enfermedades como tifus y tuberculosis. En Septfonds, un cementerio guarda las tumbas de 81 soldados republicanos, incluyendo los 42 cuyos objetos fueron hallados.
Una Búsqueda Constante
David Fraile, tras la muerte de su padre, decidió investigar sobre su tío abuelo Jesús Fraile Sacristán, quien murió de tifus en Septfonds. La publicación del cómic de Guillén le permitió descubrir la lista de soldados enterrados allí, confirmando la presencia de su familiar.
Yolanda Loza también emprendió una búsqueda para conocer más sobre su abuelo Ignacio Loza Santodomingo. Su investigación la llevó a descubrir su paso por el campo de concentración de Septfonds, y ahora lucha por recuperar sus pertenencias y trasladar sus restos a Barcelona.
Sandra Solà, al igual que Yolanda, descubrió la existencia de su tío abuelo Joan Mabras Torrent gracias a la ayuda de historiadores. Su viaje a Francia, acompañado por un equipo de En Portada, le permitió conectar con un pasado que creía inexistente.
Estas historias de recuperación de la memoria no solo devuelven la vida a quienes fueron olvidados, sino que también fortalecen los lazos familiares y culturales, recordándonos la importancia de preservar nuestra historia.