«El cuidado siempre ha recaído mayoritariamente en manos de las mujeres y eso las ha colocado en una situación de subordinación»
Por Gloria López
Desde el feminismo académico, protagonista de la primera mesa de debate, celebrada bajo el título “La redistribución de los trabajos, los tiempos y la riqueza: propuestas desde el feminismo”, se ha tratado de cambiar el foco a la hora de mirar el espacio público y el privado y señalar las desigualdades. Y es que el Patriarcado construyó el Estado a partir de la idea mítica del hombre libre y autosuficiente que no necesita nada. En torno a esa concepción, estableció una diferenciación entre lo público y lo privado, en cuyo núcleo encontramos el eje de la desigualdad entre mujeres y hombres.
“El cuidado es imprescindible para la vida”, advierte Ana Marrades Puig, directora de la Cátedra de Economía Feminista y Profesora de Derecho Constitucional de la Universitat de Valencia. Todas las personas, en algún momento de la vida, vamos a necesitar de cuidados especiales. Por tanto, los cuidados han de revalorizarse. Además, el cuidado siempre ha recaído mayoritariamente en manos de las mujeres y eso las ha colocado en una situación de subordinación. Transformar esta situación tiene que ver con la corresponsabilidad y para ello es fundamental la intervención del Derecho (como sistema) que debe garantizar el derecho al cuidado y a su vez los derechos de las personas que cuidan.
Garantizar constitucionalmente el derecho al cuidado desde lo público, “consiguiendo una constitución feminista” es una de las propuestas lanzadas desde el Instituto de las Mujeres para invitar a la reflexión durante la jornada. Su directora, Antonia Morillas, ha afirmado que “la garantía del derecho al cuidado debe ser un asunto absolutamente central en la agenda política”, y ha reconocido que “el reto que en el ámbito de las políticas públicas tenemos como país es que el derecho al cuidado se garantice como un derecho humano más, y para garantizarlo hay que poner en marcha un sistema estatal de cuidados que sea análogo al sistema nacional de salud o al sistema educativo.”
Astrid Agenjo Calderón, profesora del Departamento de Economía, Métodos Cuantitativos e Historia Económica de la universidad de Olavide de Sevilla se ocupó de relacionar la “mala distribución de la riqueza”, con la organización actual del trabajo y del cuidado, aportando claves desde la teoría de la economía feminista.
Sin embargo, “la batalla no está ya en el discurso”, aseguró la profesora, sino en visibilizar prácticas concretas que ya se están llevando a cabo desde el feminismo y apelar también a la «dimensión individual».
La mesa contó también con el aporte de Gabriela Moriana, Directora del Instituto Universitari d’estudis de les dones, realizada desde la óptica del trabajo social y centrada en la institucionalización de las mujeres, con la que se pretende “disciplinarlas”.
El Seminario “El derecho al cuidado desde una perspectiva feminista”, ha sido inaugurado por Toni Morillas, junto con Mónica Oltra, Vicepresidenta y Consejera de Igualdad, y Rafael Climent, Consejero de Economía Sostenible. Además de la mesa mencionada, ha seguido con dos mesas de trabajo más: “Políticas públicas para garantizar el derecho al cuidado y la corresponsabilidad” y “Alianza global de cuidados: aprendizaje desde el sur”.