La puesta en marcha del Programa de Atención al Ictus de Aragón (PAIA) en 2009 ha sido crucial para reducir la mortalidad por esta enfermedad cerebrovascular aguda en un 30%. No obstante, muchos pacientes deben enfrentar secuelas ‘invisibles’ como la disfagia y la afasia, que limitan su calidad de vida.
Cada año, se registran más de 3,000 casos de ictus en Aragón, y más de 6,000 personas viven con secuelas que afectan su vida diaria. Entre el 30% y el 50% de los pacientes presentan disfagia, una dificultad para tragar alimentos de manera segura, mientras que al menos un tercio experimentan afasia, un trastorno del lenguaje que dificulta hablar o entender el lenguaje. Esto resalta la importancia de un tratamiento logopédico adecuado.
El envejecimiento de la población y los malos hábitos son factores clave detrás del aumento de los casos de ictus. La Asociación Ictus de Aragón (AIDA) conmemora el Día de la Enfermedad bajo el lema ‘La realidad del ictus: vivir y convivir con alteraciones de la deglución y comunicación’, buscando concienciar sobre estas dificultades.
Javier Marta, jefe de Neurología del Hospital Miguel Servet, destaca la evolución del tratamiento del ictus, que ha pasado de ser algo inevitable a ser revertible dentro de un margen de 4 a 6 horas. La trombectomía, una técnica que reabre arterias bloqueadas, ha mejorado significativamente los resultados, reduciendo la mortalidad y las secuelas.
A pesar de estos avances, la mortalidad por ictus hemorrágico sigue siendo alta, situándose en el 31.68%. La prevención y la rehabilitación personalizada son esenciales para mejorar los resultados y evitar nuevos episodios. AIDA juega un papel crucial en este proceso, promoviendo cambios en hábitos como el sedentarismo y el tabaquismo.
La concienciación es fundamental, especialmente entre los jóvenes, quienes a menudo desconocen su presión arterial y otros factores de riesgo. AIDA trabaja para educar a la población sobre los síntomas del ictus, que pueden incluir desviación facial, debilidad en extremidades y alteraciones del lenguaje.
Elena Muñoz, presidenta de la Asociación Aragonesa de Neurocirugía, enfatiza la importancia de buscar atención profesional y no centrarse solo en las limitaciones. Con el apoyo de AIDA, los pacientes pueden aprender estrategias compensatorias para mejorar su calidad de vida, recordando que el ictus puede afectar a cualquier edad.