Cada año, el 18 de diciembre se celebra el Día Internacional de las Personas Migrantes. Un día que recuerda la importancia de reconocer los derechos humanos y civiles de todas las personas que migran, huyen para salvar sus vidas o viven lejos de sus hogares con el objetivo de buscar mejores oportunidades
Es cada vez más frecuente que personas vulnerables y amenazadas busquen refugio en otros lugares para huir de las guerras, la violencia, la explotación, la escasez de alimentos, las catástrofes climáticas y la falta de servicios básicos en sus países de origen. Estas personas son conscientes de los riesgos y, sin embargo, les resulta imposible seguir viviendo allá, donde sus vidas y el futuro de sus familias están amenazados.
Este día fue proclamado por la ONU el 4 de diciembre de 2000 debido al número elevado y cada vez mayor de personas migrantes que existen en el mundo y debería servir para que la comunidad internacional haga efectiva la protección de los derechos humanos de todas las personas que eligen emprender el camino.
La fecha debería ser una ocasión para impulsar manifestaciones de solidaridad con las clases más vulnerables y defender sus derechos con el fin de evitar cualquier estigmatización. Por ello, es preciso garantizar los mismos derechos a las personas que llegan que los de la ciudadania del país de acogida.
Dicha tutela de los derechos de las personas migrantes implica una lucha por eliminar cualquier tipo de trato discriminatorio que les afecta, especialmente a las mujeres, que sufren todo tipo de abusos durante su periplo migratorio. El recuerdo de esta fecha debería ser motivo para reconocer y cumplir la dignidad de las y los migrantes y su derecho a realizar todo tipo de acciones necesarias para su supervivencia y desarrollo personal.
Es fundamental recordar y promover el Día Internacional de las Personas Migrantes y así destacar el significado de la solidaridad y el compromiso con ellas que, a pesar de todas las dificultades, son parte de la enorme diversidad de nuestro mundo.
Un día para honrar a aquellas personas que toman la iniciativa de cambiar el curso de sus vidas emprendiendo el viaje hacia un lugar nuevo. La migración es una decisión trascendental que conlleva a repercusiones importantes; puede cambiar la vida para mejor o para peor. Por esta razón, es primordial que se les otorgue a toda aquella persona que elige migrar los derechos que se merecen como algo fundamental.
Durante siglos, las personas migrantes han sido perseguidas, rechazadas y esclavizadas, sin poder alzar una sola voz para luchar por sus derechos. Tenemos que reconocer que no son suficientes los avances que se han logrado en la búsqueda de la igualdad, la dignidad y los derechos para todas las personas que cruzan la frontera. Las sociedades avanzadas y progresistas deben consensuar leyes para el blindaje de los derechos de estas personas y combatir el discurso de odio que peligrosamente se ha ido introduciendo en la sociedad, promulgado por grupos neofascistas que buscan la criminalización de aquellas personas que llegan para encontrar una oportunidad.
Es importante que las personas migrantes sean respetadas para que les garantice un trato justo, tanto en los lugares de origen como en el destino. Tienen el derecho a la seguridad y dignidad, sin importar su lugar de nacimiento o situación migratoria. Hay que dotarlas de acceso a servicios básicos, derecho a la educación, al trabajo, la salud y a otros derechos fundamentales que les niegan sólo por el hecho de haberse trasladado de un lugar a otro.
Es fundamental que los gobiernos y toda la comunidad mundial se unan para garantizar los derechos de las personas migrantes. Esto implica adoptar leyes protectoras que les permita tener acceso a la justicia y derechos humanos. Tenemos que luchar para que la discriminación racial, de género y de nacionalidad vayan desapareciendo de la vida de las y los migrantes, para que puedan vivir libres de miedo y con dignidad.
Hoy rendimos homenaje a aquellas que han tenido la valentía de cambiar el curso de sus vidas. Estamos aquí para honrar su historia y luchar por sus derechos. Que la celebración de hoy nos convenza de la obligación de hacer este año para conseguir avances y reconocer los derechos de las personas migrantes. Es imperativo recordar que todos tenemos el mismo derecho a la dignidad, a la libertad y a la igualdad, sin importar dónde vengamos, cuáles sean nuestras creencias o identidad; así mismo es importante recordar que la migración es un hecho ineludible en la humanidad.
Hay muchos problemas y prejuicios a los que enfrentan diariamente las personas migrantes, pero es esencial asegurar que todas tenemos los derecho a una educación de calidad para todas las edades, libertad de expresión y, sobretodo, seguridad y respeto. En el Día Internacional de las Personas Migrantes, instamos a la comunidad internacional a unirse con más fuerza para erradicar la violencia, los abusos, la discriminación y la explotación laboral en contra de las personas migrantes.
Hay que legislar y proponer un cambio desde la sociedad, el mismo que pueda enfrentar la xenofobia y el racismo y otras formas de discriminación hacia las personas migrantes. Ellas merecen justicia, respeto y un trato equitativo, para que puedan alcanzar sus sueños y contribuir con su talento, trabajo y visión al desarrollo y progreso de sus comunidades; así como encontrar relaciones de reciprocidad con sus anfitriones y anfitrionas, respetando el concepto de “somos el mundo”.
Es por eso que, el Día Internacional de las Personas Migrantes, en conmemoración a todas aquellas que, cada día, aún con el riesgo y los sacrificios que implica, deciden emigrar a otros países, para encontrar una vida mejor, con libertad y seguridad, para contribuir, aportar y crecer culturalmente.
Los derechos de las personas migrantes son innegables, y esperamos que este día lleno de significado, promueva el reconocimiento de los mismas a nivel mundial. Hoy, recordamos a las que alrededor del mundo, han elegido cruzar fronteras y que son parte de la dinámica, diversa y rica historia de la humanidad.
Este día recordamos a aquellas que han dejado atrás su casa, su familia y su identidad para comenzar una nueva vida. El éxodo de personas movilizándose en busca de mejores oportunidades es un tema mundial, asegurarnos de que se mantengan los derechos y que cada persona reciba el trato digno que merece.
Sin embargo, a nivel global, los derechos de las y los migrantes inexorablemente se han visto restringidos por una combinación de políticas, tácticas legales y prácticas laborales restrictivas que ensombrecen el significado de la diversidad. Si las personas migrantes, y los derechos que les acompañan, no reciben un trato justo, no se podrá progresar de forma sostenible como sociedad.
Es de suma importancia que se les reconozca como personas, y que tengan los derechos y oportunidades que todo el mundo merece. Construir una sociedad justa y equitativa que elimine toda forma de discriminación, con una visión holística para abordar las inequidades presentadas por las migraciones.
Promover el acceso igual a los servicios y al cuidado adecuado para las personas migrantes. Se debe construir un clima de apoyo para ellas, para que puedan organizarse y lograr el éxito, y para que su contribución y aporte a nuestras comunidades sean reconocidos.
Las políticas y prácticas que se implementen deben reconocer la dignidad independientemente de su estatus migratorio. Es hora de asumir la responsabilidad de garantizar derechos adecuados para las personas en movimiento.
Aprovechar un día para reflexionar sobre la compleja situación en la que se encuentran millones de personas que, obligadas por diversas circunstancias, han dejando su tierra para probar fortuna en otros lugares.
El Día Internacional de las Personas Migrantes nos invita a visibilizar estas desigualdades e incentivar el reconocimiento de sus derechos. Los derechos humanos básicos siempre deben ser respetados, al igual que cualquier persona, son dignas y sus derechos deben ser defendidos. No puede existir la exclusión de las personas por el simple hecho de su procedencia.
Por ello, es necesario que seamos conscientes de los privilegios que comporta ser ciudadano de un país ya sea en cuestiones de trabajo, educación, salud y otros ámbitos. Las personas migrantes, como ADN de la humanidad, recuerdan cada día el imperativo moral para darles acogida, con el objetivo de salvar sus vidas, respetar su dignidad y garantizar la seguridad de pertenecer a la ciudadanía del país de acogida.
Este día es una oportunidad para abogar por la solidaridad y demostrar la empatía con la gente que se ve perseguida por motivos políticos o económicos para hacer frente al racismo y a la xenofobia. Que este día llame a la conciencia colectiva para alzar la voz y exigir el fortalecimiento de los derechos para unir nuestras manos y corazones para garantizar un futuro digno de todas las personas migrantes en cualquier parte del mundo.