El ambicioso proyecto de un cable submarino de 3.800 kilómetros que unirá Marruecos y el Reino Unido está más cerca de materializarse. Este enlace, promovido por la empresa británica Xlinks, busca abastecer a siete millones de hogares británicos con energía solar y eólica generada en el desierto marroquí, garantizando hasta 19 horas diarias de electricidad renovable.
El cable de corriente continua de alta tensión (HVDC) conectaría un complejo energético que Xlinks planea construir en Guelmim, al sur de Marruecos, con el Reino Unido. La ruta del cable pasará por los fondos marinos de España, Portugal y Francia, rodeando así la península ibérica.
Un proyecto estratégico, pero controvertido
Según el portal Morocco World News, los estudios geofísicos y geotécnicos necesarios para la instalación están en marcha y el proyecto podría recibir pronto la luz verde definitiva. Sin embargo, acumula ya un año de retraso respecto a los planes iniciales, lo que ha generado incertidumbre tanto entre los promotores como entre una parte de la población británica.
A pesar de los beneficios que podría aportar, el proyecto despierta dudas en el Reino Unido sobre la dependencia energética de un país extranjero como Marruecos. Dave Lewis, exdirector ejecutivo de Tesco y actual líder del proyecto, se pronunció en The Guardian para defender la iniciativa. “Somos una isla. La idea de que el Reino Unido puede ser autosuficiente para casi cualquier cosa es una falacia. Necesitamos desarrollar relaciones internacionales sólidas, invertir en ellas y protegerlas”, afirmó.
Desafíos técnicos y estratégicos
El cable submarino permitirá a Gran Bretaña diversificar su acceso a fuentes de energía limpia en un momento en que los países europeos buscan reducir su dependencia de combustibles fósiles y asegurar el suministro energético. Sin embargo, un proyecto de esta envergadura conlleva importantes desafíos técnicos, logísticos y financieros.
Lewis reconoce las dificultades, pero insiste en que la meta es clave para el futuro energético del Reino Unido. “Vale la pena invertir tiempo y energía en este proyecto”, asegura, confiado en que el suministro energético estable y sostenible será un gran beneficio a largo plazo.
Un vínculo con implicaciones geopolíticas
La conexión con Marruecos, además de tener un impacto ambiental y económico, refuerza la relación estratégica entre ambos países. No obstante, la decisión de evitar un enlace más directo con España podría generar tensiones, dado que el cable pasará por aguas españolas sin aprovechar una posible interconexión con la península ibérica.
A medida que el Reino Unido avanza en la planificación de este megaproyecto, las dudas y críticas siguen presentes. Para muchos, este cable es una solución prometedora frente a la crisis energética y climática, mientras que otros temen los riesgos de depender de un actor externo para garantizar su estabilidad energética. El tiempo dirá si esta ambiciosa apuesta logra cumplir sus objetivos y consolidarse como un modelo de cooperación internacional en energías renovables.