APDHA se une a la convocatoria de huelga feminista el #8M, al lado de sus compañeras trabajadoras sexuales, migrantes, racializadas, trans, diversas, trabajadoras del hogar, presas, excluidas y las que viven en la calle.
La Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía, un año más, se suma a la huelga feminista el #8M junto a sus compañeras trabajadoras sexuales, migrantes, racializadas, trans, diversas, jornaleras, trabajadoras del hogar, presas, excluidas y las que viven en la calle.
Constatamos en nuestro día a día la discriminación que viven y las diversas formas de violencia de las que son objeto.
De pobreza y exclusión pueden hablar algunas vecinas de Granada que reivindican sus derechos demandando a Endesa por los continuos cortes de luz que sufren, y que aún así logran que sus familias sigan adelante. También las mujeres sin hogar se encuentran especialmente desprotegidas, con menos recursos habitacionales de emergencia disponibles.
Las mujeres presas sufren una especial vulneración de derechos, con una condena social y personal, además de la penitenciaria. En Andalucía nos encontramos con una de las mayores tasas de encarcelamiento femenino de Europa occidental y con una clara sobrerrepresentación de mujeres gitanas y extranjeras. No solo se las castiga por delinquir, sino que además se las considera “malas madres”, mientras que los hombres no sufren este juicio paralelo. A su vez, las madres de las presas constituyen, en la mayoría de los casos, su enlace con la realidad y las que buscan, pese a todas las dificultades, salidas a cada una de las situaciones. También son ellas las que asumen el cuidado de las hijas e hijos de las mujeres en prisión.
Además, la represión sigue, con más fuerza, marcando nuestra agenda. Nuestras compañeras trabajadoras sexuales fueron reprimidas en su libertad de expresión en el ámbito de jornadas universitarias y han sido acusadas, de forma infame, de cometer delitos y favorecer la trata de personas y se ha cuestionado su sindicación para poder defender sus derechos al igual que el resto de trabajadoras. Este año hemos visto restringido el derecho de reunión de nuestras organizaciones en diferentes momentos.
La vulneración de derechos de las personas migrantes y racializadas en el Estado español, en sus fronteras y durante el tránsito ha sido una constante el último año. Las mujeres transfronterizas, ya sean trabajadoras del hogar o porteadoras, se dejan literalmente la vida durante sus trabajos diarios. Al otro lado de la frontera, una vez en la península, las mujeres migrantes contratadas en origen ven sus derechos laborales vulnerados, así como el resto de elementos básicos para una vida digna, como es un lugar decente para vivir.
También se violan derechos fundamentales en los Centros de Internamientos de Extranjeros (CIEs) y Centros Atención Temporal de Extranjeros (CATEs), donde se ve con total crudeza el racismo institucional. Las mujeres racializadas siguen viviendo en sus cuerpos las discriminaciones que marcan sus vidas.
Después de mucha lucha, las trabajadoras del hogar han logrado el anuncio de que España ratificará el Convenio 189. Apoyamos su reivindicación para que este anuncio se haga realidad de forma inmediata y que el Gobierno garantice unas cotizaciones por los salarios reales, disfrutar de la prestación de desempleo y el cálculo de pensiones que cubra los vacíos de cotización, como se hace con el resto de las personas trabajadoras.
Por último, recordamos a cada una de las 1047 mujeres asesinadas por violencia machista; a las mujeres trans y de identidades diversas, que este año han sufrido ataques por existir; a las kellys, que continúan su lucha por sus derechos y a todas las mujeres en frontera, especialmente en Grecia, que sufren una violencia infame. Denunciamos, finalmente, los avances de la Junta de Andalucía hacia la restricción de la educación sexual en libertad e igualdad en las escuelas y la falta de cuestionamiento de la justicia patriarcal actualmente vigente.
Por todas ellas y nosotras. La defensa de los derechos humanos será feminista o no será.