En la próxima sesión plenaria de la Asamblea de Ceuta se va debatir sobre lo que se ha venido en llamar el “Pin Parental”. Una propuesta que la extrema derecha está extendiendo por todo el país con el apoyo del PP. Es un nuevo episodio de la infame cruzada que la extrema derecha ha iniciado contra los valores democráticos, y especial contra el principio de igualdad que debe imperar en las sociedades democráticas
La educación en valores es una conquista innegociable de la sociedad moderna regida por los principios democráticos. Cuestionar, cercenar, mermar o condicionas esta dimensión del proceso de aprendizaje del alumnado supone una agresión intolerable a los derechos de cada uno de los niños y niñas, y al conjunto de la sociedad que no se puede tolerar bajo ningún concepto.
Pero es que además, no sólo se está insultando al profesorado, se está cuestionando la gestión de las administraciones educativas (algunas de ellas dirigidas por la derecha) y despreciando a todos los padres y madres que a través de los mecanismos establecidos conocen y fiscalizan las programaciones que se imparten. Es además un ataque directo a la escuela pública como institución.
Lo que pretende la extrema derecha, en el última instancia, es desacreditar a la Escuela Pública presentándola como un foco de conflictividad permanente en la que los alumnos y alumnas corren siempre un “serio peligro”, ya sea por el “adoctrinamiento” que sufren, o por la “·violencia que soportan” por estar “rodeados de inmigrantes”. Es modo sibilino de justificar la privatización de la enseñanza.
No vamos a tolerar este furioso intento de involución democrática. La escuela pública es el pilar fundamental sobre el que se asienta el sistema democrático. Y lo vamos a defender con absoluta convicción y firmeza. No vamos a tolerar que nadie cuestione la labor de miles de profesoras y profesoras que diariamente luchan en las aulas por hacer de este un país más tolerante y solidario, en el que el odio no tenga cabida.
Hacemos un llamamiento a los Grupos Políticos a no apoyar con su voto lo que no es sino una aberración impulsada por el fanatismo más rancio inductor de conductas antidemocráticas; y al conjunto del profesorado a defender con orgullo la escuela pública y la impagable labor que en ella se desarrolla.