Uno de los días más esperados en los últimos siete meses ha llegado para casi un centenar de mujeres que, por fin, han podido volver a su país tras quedar varadas en Ceuta por el cierre unilateral de la frontera por parte de Marruecos por la crisis sanitaria del coronavirus. El pasillo humanitario establecido por las autoridades españolas y marroquíes ha servido para que 98 mujeres y dos menores, según los últimos datos de Delegación del Gobierno, regresen a su país tras tantos meses de bloqueo y abandono. Delegación ha confirmado que en los próximos días continuarán las repatriaciones
La operación de repatriación de las ciudadanas marroquíes que quedaron atrapadas en Ceuta tras el cierre de la frontera el pasado 13 de marzo -por parte de Marruecos y sin previo aviso- por la crisis sanitaria del coronavirus, ha concluido sobre las 13:00 horas de este miércoles. Por el pasillo humanitario, según ha confirmado Delegación del Gobierno en un breve mensaje, «han retornado a su país 100 ciudadanas marroquíes, 98 son adultas y dos menores» nacidos en Ceuta durante estos meses de bloqueo forzoso.
Sus nombres aparecían en un listado que Marruecos envió a las autoridades españolas, con aquellas personas que podrían regresar a casa, descartando a los que pudieran haber entrado de manera irregular en España para que no sean repatriados confundidos con transfronterizos, ya que el reino alauita no acepta a sus ciudadanos que hayan migrado y las expulsiones en base al acuerdo existente entre ambos países, están suspendidas hasta que las fronteras vuelva a estar abiertas.
Nuevas repatriaciones en los próximos días
Delegación también ha anunciado que en los próximos días continuarán las repatriaciones y para ello ha habilitado tres números de teléfono para aquellas personas marroquíes que están bloqueadas en Ceuta y que desean volver a su país. Las personas interesadas deben llamar a los siguientes números de teléfono: 956.98.45.02; 956.98.45.28 y 956.98.45.21.
Esta primera operación de repatriación -tras las realizadas el pasado mes de mayo- comenzó en la tarde de este martes, cuando se identificó a las mujeres del listado ofrecido por las autoridades marroquíes y se les realizó el test rápido de detección del coronavirus. En la mañana de este miércoles y con un gran despliegue policial, la operación de repatriación se ha desarrollado sin incidentes y sobre las 10:50 horas ya habían pasado hasta la «zona de nadie» de la frontera el centenar de mujeres seleccionadas. Una vez en territorio marroquí y tras su nueva identificación, esta vez por parte de las autoridades marroquíes, han podido subir a cuatro autobuses que el reino alauita había desplegado hasta la frontera para ser trasladadas hasta sus ciudades.
La esperanza de volver a su país cada vez más cerca
En Ceuta, todavía quedan centenares de ciudadanos y ciudadanas marroquíes que quedaron bloqueados en la ciudad, la mayoría trabajadores y trabajadoras transfronterizas, pero también algunos que estaban de visita en casas de familiares o que habían venido a comprar a la ciudad autónoma. Durante estos casi siete meses de angustia y desesperación, muchas de estas personas han sido acogidas en casas de familiares o amigos, pero la gran mayoría han tenido que ser albergadas por la Ciudad Autónoma, primero en el polideportivo de La Libertad y luego en una nave en el Tarajal habilitada para hacer de albergue provisional. Otras tantas han estado trabajando de manera irregular a cambio de alojamiento, comida y un salario por debajo de lo establecido en la legislación española, y en algunos casos las mujeres han trabajado como internas. Desde que se eliminó el estado de alarma, y la libre circulación se ha vuelto a permitir, otras tantas se han dejado ver en algunas calles principales pidiendo limosnas.
Se trata de una crisis humanitaria sin precedentes, en la que un país ha dejado abandonados a su suerte a miles de conciudadanos y conciudadanas, sin importarle en absoluto cómo podrían sobrevivir en un país extranjero de manera irregular.
Más de cuatro meses desde la última repatriación
A mediados de mayo y fruto del trabajo entre el Gobierno de España y el de Marruecos, varios grupos de personas fueron repatriados al país vecino. En aquella ocasión consiguieron salir de Ceuta alrededor de 300 personas, las que aparecían en los listados ofrecidos por las autoridades del reino alauita, y fue una salida no exenta de polémica, ya que no todos pudieron cruzar la frontera como se les había prometido. Muchos de ellos no aparecían en las listas de nombres de las personas a las que sí se les autorizaba a regresar a su país de origen, por lo que se vieron obligados a permanecer en la ciudad.
Migración a la inversa
Durante todos estos meses, la desesperación de estas personas por volver a sus hogares se ha ido acrecentando. Abandonados a su suerte, sin recursos económicos y sin poder ver a sus familias ha provocado que muchos de los jóvenes transfronterizos que vivían del porteo o de realizar trabajos en la economía sumergida en Ceuta, han intentado, y continuan haciéndolo cada día, volver a su país a nado a través de los espigones del Tarajal o de Benzú. Muchos de ellos han sido interceptados por la Guardia Civil o por los agentes marroquíes, pero otros tantos lo han conseguido.