La organización vuelve a denunciar que los periodistas gráficos siguen sin poder cubrir la llegada de migrantes en los puertos españoles. En Ceuta, la Autoridad Portuaria mantiene a la prensa fuera del recinto portuario teniendo que cubrir los rescates de Salvamento Marítimo a varios metros de distancia y sin seguridad
Reporteros Sin Fronteras ha vuelto a exigir en sus redes sociales que los periodistas gráficos puedan cubrir la llegada de migrantes a los puertos españoles cuando son rescatados por Salvamento Marítimo.
A través de su Twitter han denunciado que los y las periodistas se siguen encontrando con «obstáculos y más obstáculos» para retratar la llegada de migrantes. A principios de septiembre, la organización ya remitió un comunicado advirtiendo que el pasado 21 de agosto, varios de los periodistas que cubrían la llegada de migrantes a las costas canarias recibieron el aviso de la llegada de un cayuco al puerto de Arinaga, en Las Palmas, con varias víctimas mortales en el pasaje.
Desde la organización denuncian que “como ya sucediera en numerosos puertos andaluces en el pico de la entrada de migrantes y refugiados en España, entre 2017 y 2018, los periodistas gráficos que ahora cubren la ruta canaria se enfrentan a obstáculos por parte de las autoridades locales y fuerzas y cuerpos de seguridad, que dificultan su trabajo y hacen casi imposible retratar cómo, dónde y en qué estado llegan los pasajeros. Algo que también está ocurriendo en Ceuta y Melilla«.
Sin embargo, pese a esta denuncia, en Ceuta todo sigue igual y con cada llegada a puerto de la Salvamar Atria, los medios de comunicación se encuentran con la negativa de la Autoridad Portuaria a poder acceder al muelle España para cubrir el desembarco de los migrantes y la actuación de Cruz Roja y Guardia Civil.
Desde Reporteros Sin Fronteras, piden a las autoridades portuarias de Ceuta que permitan a los periodistas acceder a una zona desde la que «ejercer su derecho a informar y también el de los ciudadanos el suyo a ser informados».
Quienes aún negaban que esto es una invasión ‘teledirigida’ de negros y de arabo-musulmanes supongo que ya se habrán despertado del sopor en que estaban sumidos. Se puede leer en La Razón (03-10-2020) lo siguiente sobre esta ‘otra’ invasión de las Islas Canarias: «Hay expertos que atribuyen este aumento a la menor vigilancia que existe en las costas marroquí, mauritana y de otros países. Otros, sin embargo, consideran que puede tratarse de parte de un FENÓMENO de DESESTABILIZACIÓN con fines NO CONFESADOS y del que formarían parte otras iniciativas ya adoptadas». No hace falta ser un especialista en lenguaje críptico para entender la segunda parte del párrafo. Y Marruecos no anda muy lejos de estas invasiones. Recuérdese que las Islas Canarias son islas africanas y están enfrente de Marruecos y forman parte del imaginario del Gran Marruecos. Es una operación calcada a la que se está llevando en Ceuta y en Melilla: instalar a ciudadanos marroquíes en las Islas con vistas al futuro. Ceuta y Melilla son las «otras iniciativas ya adoptadas» del párrafo. Puede que las islas mayores (Gran Canaria y Tenerife) sean difícil de colonizar en su totalidad, pero en las más orientales, Lanzarote y Fuerteventura, poco pobladas, instalar comunidades de marroquíes es rentable, de cara a desestabilizar en un futuro esas islas, tal como ha sucedido en nuestra ciudad y en Melilla, en donde, sin duda, hay una quinta columna proclive a Marruecos. Se trata de sembrar la semilla para que en tres generaciones el número de ciudadanos marroquíes haya florecido como las esporas. Sigamos llamando a la puerta del diablo que alguien ya está girando el picaporte para abrirla. Es la Caja de Pandora, una vez abierta ya no hay quien la vuelva a cerrrar. En verdad, los españoles somos unos pobres infelices de fácil engaño por los marroquíes, en particular, y por los árabes, en general. Obsérvese cómo está Francia con sus ciudadanos arabo-musulmanes, diestros y rápidos en degollar a quien no siga sus convicciones religiosas o culturales. Europa, y España con ella, avanza rápido al precipicio. El abismo se abre a nuestro pies.
(18, domingo, 00:01)