Decenas de voluntarios, profesores, madres y padres se han unido en un esfuerzo común para limpiar el colegio Padre Manjón en La Torre, Valencia. Este centro educativo, que apenas había sido inaugurado hace un año, ha quedado cubierto de fango tras el paso de la DANA.
Rafael Arnal, presidente de la pedanía, expresó su consternación: «El colegio está recién estrenado, todo nuevo, y mira cómo ha quedado». Esta escuela es la única del barrio, uno de los más afectados por las inundaciones.
Un antiguo alumno recuerda con tristeza cómo, después de años estudiando en barracones, la comunidad finalmente logró la rehabilitación del colegio, solo para verlo destruido en cuestión de meses. Los padres ahora se preguntan cuándo podrán sus hijos regresar a clases.
María José, madre de un niño en preescolar, teme que su hijo pierda el año escolar: «No vamos a poder realojar a los niños en otros colegios porque todas las plazas están ocupadas». La incertidumbre sobre el futuro educativo de sus hijos es una preocupación constante para muchas familias.
En otras áreas afectadas, como el CEIP Castellar-Oliveral, las clases han podido reanudarse lentamente. Sin embargo, esta es una excepción, ya que muchas escuelas permanecen cerradas o han sido transformadas en centros de ayuda comunitaria.
La Conselleria de Educación ha anunciado cursos para el profesorado sobre cómo intervenir en situaciones de crisis y ayudar a los alumnos a superar el trauma. Maribel Gutiérrez, directora de un centro educativo, destaca la importancia de estas medidas, aunque lamenta que no todos los profesores tengan acceso a ellas.
La psicóloga Julia Alcoy Puchades recomienda hablar abiertamente sobre las emociones generadas por esta tragedia. Es crucial que los niños entiendan que es normal sentirse tristes y que vivan su duelo de manera saludable.
Para mantener una sensación de normalidad, se han puesto en marcha iniciativas como las de Anima’t Creixent, que ofrece actividades extraescolares para los niños afectados. Teresa Sáez, trabajadora de la empresa, explica que buscan aliviar la incertidumbre de las familias y proporcionar un entorno seguro para los más pequeños.
La comunidad sigue enfrentando desafíos significativos, pero la resiliencia y el apoyo mutuo son evidentes en cada esfuerzo por reconstruir y seguir adelante.