El presidente electo de los Estados Unidos, Donald Trump, ha sorprendido al anunciar a Robert F. Kennedy Jr. como el nuevo Secretario de Salud y Servicios Humanos. Kennedy, un abogado ambientalista, es conocido por su postura crítica hacia las vacunas, lo que ha generado un debate intenso sobre su idoneidad para el cargo.
Trump ha defendido su elección afirmando que los estadounidenses han estado bajo la influencia del ‘complejo industrial de alimentos y farmacéutico’, que según él, ha difundido información errónea sobre la salud pública. En un comunicado en su cuenta social de X, Trump destacó que la prioridad de su administración será la seguridad y salud de los ciudadanos.
En este contexto, Trump ha subrayado que Kennedy jugará un papel crucial en la protección de los estadounidenses contra ‘productos químicos nocivos, contaminantes, pesticidas, productos farmacéuticos y aditivos alimentarios’. Según Trump, estos elementos han contribuido significativamente a la crisis de salud en el país.
Un defensor de teorías controvertidas
Robert F. Kennedy Jr., nacido en 1954, ha tenido una carrera política volátil. Aunque inicialmente se postuló como candidato demócrata, ha mostrado apoyo a Trump en varias ocasiones. Kennedy es conocido por sus teorías conspirativas sobre las vacunas, alineándose con el escepticismo que Trump ha expresado en el pasado.
Durante su candidatura demócrata, Kennedy propuso reducir el gasto sanitario para disminuir los déficits presupuestarios y criticó intensamente a la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA). Ha expresado su deseo de despedir a expertos de la agencia por medidas que, según él, han perjudicado a las personas.
Kennedy también ha defendido el uso de productos como la leche cruda y las terapias con células madre, acusando a la FDA de ‘suprimir agresivamente’ estos tratamientos. Sin embargo, las autoridades han advertido sobre los riesgos para la salud pública que implican algunas de sus afirmaciones.
A pesar de que la FDA generalmente opera sin interferencias políticas, el presidente o el secretario del Departamento de Salud y Servicios Humanos tienen la capacidad de anular sus decisiones. Esto ha generado preocupación entre los expertos en salud pública sobre el impacto potencial de las políticas de Kennedy.
La comunidad científica y médica está atenta a cómo esta nueva dirección podría afectar las políticas de salud pública en los Estados Unidos, especialmente en un momento en que la confianza en las vacunas y otros tratamientos médicos es crucial para enfrentar desafíos globales como la pandemia de COVID-19.