En el Reino Unido, la seguridad del Castillo de Windsor ha vuelto a ser objeto de escrutinio después de que dos encapuchados lograran entrar en la finca real y robar varios vehículos. Este incidente, que ocurrió hace casi un mes, fue revelado por el diario británico The Sun este lunes.
El suceso tuvo lugar en la noche del domingo 13 de octubre, cuando dos hombres escalaron una valla de aproximadamente dos metros de altura en la granja del Castillo de Windsor. Una vez dentro, se llevaron una camioneta y un quad, utilizando estos vehículos para destrozar una puerta de seguridad durante su huida. La puerta dañada tuvo que ser reconstruida posteriormente.
En el momento del robo, ninguno de los monarcas se encontraba en el palacio, ya que su residencia oficial está en Clarence House, en Londres. Sin embargo, el príncipe heredero Guillermo, su esposa Catalina y sus tres hijos menores estaban durmiendo en su residencia de Adelaide Cottage, situada dentro de la finca. La entrada por la que irrumpieron los ladrones es la más cercana a esta vivienda, ubicada en la granja Shaw, dentro del perímetro de seguridad.
Planificación Meticulosa
Una fuente no identificada indicó que los ladrones habían estado observando la actividad en torno al castillo antes de llevar a cabo el robo. Según esta fuente, los enmascarados conocían la ubicación de los vehículos y el momento idóneo para perpetrar el delito. Aunque el Castillo de Windsor cuenta con alarmas, la primera señal de que algo andaba mal fue cuando los ladrones rompieron la barrera de seguridad y escaparon sin ser capturados.
Este incidente no es el primero de su tipo en Windsor. En febrero pasado, un intruso logró entrar en la propiedad, y en 2021, la policía detuvo a un hombre armado con una ballesta que amenazó con matar a la reina Isabel II. Este último fue condenado a nueve años de prisión.
La serie de incidentes ha generado preocupación sobre la efectividad de las medidas de seguridad en el Castillo de Windsor, especialmente considerando la presencia de miembros de la realeza en la finca. Las autoridades están revisando los protocolos de seguridad para prevenir futuros incidentes y garantizar la protección de la familia real.