Son vecinos de la barriada y solían estacionar su vehículo en esta plaza. Esta mañana observaban, aún conmocionados, en lo que había quedado sus coches: «ha sido horroroso»
Rubén y Suad son dos de los propietarios afectados por la quema de vehículos de la pasada madrugada en una plaza de la barriada de Los Rosales. Se han despertado entre gritos de los vecinos y lo último en lo que pensaron cuando estacionaron sus coches en esta zona es que hoy amanecería de esta manera.
En el caso de Suad, pensaba que le había ocurrido algo a su vecina de arriba o que había habido una «masacre». «Cuando he bajado las escaleras, me he acercado, he visto a tanta gente, mis vecinas llorando como una magdalena de la impotencia y pensaba que había tenido que pasar algo gordo, lo que no veía era tantos coches quemados«, explica la afectada, que dice que este episodio ha sido «horroroso». Rubén no articulaba palabra mientras observaba su coche, aunque reconocía que los papeles que guardaban en la guantera se han salvado. No es el caso de Suad, que ha perdido no solo la documentación del vehículo, sino hasta un uniforme nuevo del colegio de su hijo que había comprado ayer.
Cuentan que uno de los vehículos tenía el depósito lleno de gasolina y que al explotar, se rompió el freno mano y salió propulsado hacia adelante, alcanzando con las llamas a los tres vehículos de enfrente, uno de ellos abandonado. Nadie tiene claro si el objetivo era quemar los contenedores o los vehículos, aunque todos coinciden en que no tiene sentido que fueran a quemar los contenedores, porque a esa hora la basura ya ha sido retirada, e insisten en que primero se han quemado unos vehículos y luego han ido saltando las llamas a los otros. Otro de los vecinos que allí se encontraba había tenido la mala suerte de tener aparcado en el lugar dos de sus coches, todoterreno, aunque les ha alcanzado las llamas muy levemente. Uno de ellos ha podido desplazarlo para protegerlo.
En total, cuatro contenedores de los que solo quedan las ruedas, y una docena de coches quemados, de los que siete han quedado calcinados y el resto han sido afectados parcialmente. Una vecina reseña que hace unos días quemaron varias papeleras y unos rastrojos, pero que nunca se había visto nada igual en esta plaza. «Me parece fortísimo, yo vivo en la otra plaza y tenemos que dormir con ansiedad e inquietud, escucho cualquier ruido y tenemos que mirar por la ventana», ha señalado otra vecina. Además, cuentan que uno de los coches que ha sido afectado por completo, es de una señora que se lo había comprado a su hija para ir a la universidad «y todavía lo está pagando».
Doce vehículos prácticamente calcinados, cuatro contenedores derretidos, y una barriada angustiada por lo ocurrido y que se suma a otros puntos de la ciudad donde se han vivido también estos episodios, que piden que se investigue lo sucedido, que se denuncie, que se vigile, que se condene y, sobre todo, que se concience a la sociedad.