Hasta cinco veces repitió Rubiales su mítico «no voy a dimitir», sin embargo, tres semanas después lo ha hecho. Lo anunció anoche en su cuenta oficial de Twitter con un PDF. El que era presidente de la Federación, besó sin consentimiento a Jenni Hermoso tras ganar España en el Mundial de Australia y Nueva Zelanda, cogió en volandas a jugadoras y realizó gestos obscenos en el palco, junto a la reina y la princesa
Una huída hacia delante y sin disculpas. Muchos le aplaudieron en aquella Asamblea en la que se esperaba su dimisión, sin embargo su «no voy a dimitir, no voy a dimitir, no voy a dimitir, no voy a dimitir, no voy a dimitir» y sus ataques al feminismo y a las feministas, arrancó los aplausos del auditorio.
Tres semanas después, y tras la decisión del presidente de la Comisión Disciplinaria de la FIFA de la «suspensión provisional de toda actividad relacionada con el fútbol a nivel nacional e internacional», Rubiales ha presentado su dimisión. Eso sí, sin nombrar a la futbolista Jeni Hermoso ni el beso no consentido, ha defendido su «honorabilidad» y ha acusado a «poderes fácticos» de la «campaña tan desproporcionada».
Rubiales ha presentado su renuncia al cargo de Presidente de la RFEF y en su mismo cargo en la UEFA. «Tras la veloz suspensión realizada por FIFA, más el resto de procedimientos abiertos contra mi persona, es evidente que no podré volver a mi cargo. Insistir en quedarme a la espera y aferrarme a ello no va a contribuir a nada positivo, ni a la Federación ni al fútbol español», ha dicho en su comunicado.
«Entre otras cosas, porque hay poderes fácticos que impedirán mi vuelta. Ahí está la gestión de mi equipo y, sobre todo, la felicidad que me llevo por el enorme privilegio de estos más de 5 años al frente de la RFEF. No quiero que el fútbol español pueda resultar perjudicado por toda esta campaña tan desproporcionada y, sobre todo, tomo esta decisión tras haberme asegurado de que mi marcha contribuirá a la estabilidad que va a permitir que tanto Europa como África sigan unidas en el sueño de 2030, que permitirá traer a nuestro país el mayor evento del mundo».
«Debo mirar adelante, mirar al futuro. Ahora hay algo que me ocupa con firmeza. Tengo fe en la verdad y voy a hacer todo cuanto esté en mi mano para que prevalezca. Mis hijas, mi familia y la gente que me quiere han sufrido los efectos de una persecución desmedida, así como muchas falsedades, pero también es cierto que en la calle, cada día más, la verdad se está imponiendo. Desde aquí transmito a todos los trabajadores, asambleístas, federativos y gente del fútbol en general, un fuerte abrazo, deseándoles mucha suerte. Gracias a todos los que me han apoyado en estos momentos».
El beso no fue consentido y la Fiscalía se querella contra él
Jenni Hermoso emitía un durísimo comunicado cargando contra la figura de Luis Rubiales y exponiendo, de paso, las situaciones difíciles que se han vivido en el vestuario de la Selección Española en los últimos años. Además, la jugadora confirmaba que, efectivamente, la Federación presionó a su entorno (familia, compañeras) a que respaldasen la versión federativa.
La Fiscalía ha presentado este viernes la querella en la Audiencia Nacional contra Luis Rubiales, presidente suspendido de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), por el beso no consentido que le dio a la futbolista Jenni Hermoso durante la celebración del título mundialista de España. Este era el paso definitivo para impulsar la apertura de la vía penal contra Rubiales después de que a finales de agosto se abrieran las diligencias de investigación preprocesales. Le imputa dos delitos, uno de agresión sexual y otro de coacciones por las supuestas presiones que sufrieron Jenni y su entorno tras el episodio.
La Fiscalía relata en su querella la denuncia de Hermoso, quien declaró que Rubiales le «agarró con las dos manos» la cabeza y le dio un beso «sin consentimiento». «Inmediatamente» tras este hecho, la jugadora sostiene que tanto ella como su «entorno más próximo (familia y amistades), sufrió una presión constante y reiterada por parte» de Luis Rubiales y del «entorno profesional de este», con la «finalidad de que públicamente justificara y aprobara el acto cometido contra su voluntad».