Errol Musk asiste con gastos pagados a un foro ultraconservador junto a ideólogos del expansionismo ruso
En un movimiento que ha generado sorpresa y especulación geopolítica, Errol Musk, padre del magnate tecnológico Elon Musk, ha sido recibido en Moscú como invitado especial a un foro de debate ultraconservador financiado por instituciones afines al Kremlin. El evento, marcado por un fuerte discurso antioccidental y con la presencia de influyentes ideólogos del expansionismo ruso, ha sido interpretado como un intento del gobierno ruso por capitalizar las fracturas políticas en Occidente.
Errol Musk acudió al encuentro con todos los gastos pagados, en un gesto que diversos analistas ven como una estrategia simbólica de seducción diplomática. Su presencia cobra especial relevancia tras sus recientes críticas hacia Donald Trump, con quien mantiene un desencuentro público, y en medio del creciente protagonismo de su hijo Elon en debates sobre inteligencia artificial, libertad de expresión y tecnología militar.
Durante el foro, celebrado en una lujosa residencia a las afueras de Moscú, se discutieron temas como la «defensa de los valores tradicionales», el rol de Rusia como contrapeso global y la necesidad de una “alianza internacional contra el globalismo liberal”. Errol Musk fue fotografiado junto a varios ideólogos nacionalistas cercanos al círculo de Vladimir Putin, lo que alimenta especulaciones sobre el verdadero alcance de su visita.
Aunque Errol no tiene vínculos directos con las empresas de su hijo, su apellido y el contexto geopolítico han disparado el interés mediático. Algunos observadores consideran que el Kremlin intenta enviar señales indirectas al propio Elon Musk, cuyas tecnologías espaciales y de comunicación son cada vez más influyentes a escala global.
Ni el gobierno ruso ni el propio Errol Musk han ofrecido declaraciones oficiales sobre el contenido de sus encuentros privados, aunque fuentes cercanas al foro aseguran que se busca “fortalecer los lazos con figuras públicas disidentes del pensamiento dominante occidental”.
El viaje del patriarca de los Musk se produce en un momento de creciente tensión entre Rusia y Occidente, y representa un nuevo ejemplo del uso del soft power por parte del Kremlin para influir en la narrativa internacional.
