El ex president de la Generalitat anuncia una querella criminal por una presunta operación de persecución política
La ex vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, se ha desvinculado este martes del presunto espionaje al ex president de la Generalitat, Artur Mas, mediante el software israelí Pegasus, negando cualquier conocimiento o participación en los hechos. Durante su comparecencia, ha rechazado tajantemente la existencia de una supuesta ‘policía patriótica’, asegurando que «de lo que no ha ocurrido es difícil que informe».
Las declaraciones de Sáenz de Santamaría llegan en un contexto de creciente tensión política tras las revelaciones sobre el presunto uso del sistema de espionaje contra líderes independentistas catalanes. La ex vicepresidenta ha defendido su actuación durante su etapa en el Gobierno y ha calificado de «falsas» las insinuaciones sobre una estructura paralela de seguridad al margen del control judicial.
Por su parte, Artur Mas ha anunciado la interposición de una querella criminal contra quienes, según él, intentaron eliminarlo «políticamente» y llevarlo a la «muerte civil». El ex president ha denunciado públicamente que fue víctima de una campaña organizada con el objetivo de desacreditarlo y destruir su carrera política mediante métodos ilegítimos y posiblemente delictivos.
El caso, que forma parte de una investigación más amplia sobre el uso de Pegasus en España, vuelve a reabrir el debate sobre los límites del poder estatal en la lucha contra el independentismo catalán, así como la transparencia y control de los servicios de inteligencia.
