El presidente de la Generalidad, Salvador Illa, centró su mensaje navideño en la «fraternidad», evitando referencias a la financiación «singular» y prescindiendo de la bandera de España, un detalle que no ha pasado desapercibido.
Salvador Illa ofreció anoche su primer discurso de Navidad como presidente de la Generalidad desde el Palau de la Generalitat. En su intervención, destacó la ausencia de la bandera de España, mientras que la senyera ocupaba el único lugar destacado en la escenografía. La decisión de prescindir del símbolo nacional ha generado comentarios y críticas, especialmente en un contexto donde cada detalle en Cataluña tiene repercusiones políticas.
En su alocución, Illa hizo un llamamiento a valores como la «fraternidad entre personas y territorios», dejando fuera temas controvertidos como el acuerdo sobre la financiación singular pactado con Esquerra Republicana (ERC) para garantizar su investidura.
«Cataluña ha avanzado más cuando ha confiado en sí misma. En 2025, Cataluña debe estar del lado de la esperanza, porque cuando hemos compartido esperanzas, esfuerzos y optimismo, hemos progresado más y en beneficio de todos. En definitiva, cuando hemos fortalecido la fraternidad que une personas y territorios», afirmó Illa.
El presidente subrayó la importancia del respeto y la convivencia, instando a «respetarnos, escucharnos y comprendernos, porque una Cataluña más cívica, amable y próspera comienza por cada uno de nosotros». También destacó la fraternidad como base de cualquier sociedad o democracia, animando a reforzar la diversidad como una fuente de riqueza.
Mensajes internacionales y solidaridad con Valencia
Además de los valores sociales, Illa dedicó parte de su mensaje a abordar temas internacionales como los conflictos en Siria, Ucrania y Gaza. «Debemos mantenernos firmes en la defensa de la paz y del diálogo, como siempre se ha hecho en Cataluña», expresó.
Por otro lado, recordó la tragedia reciente de la gota fría que afectó a la Comunidad Valenciana, asegurando que «Cataluña estará con Valencia hasta el final».
Un detalle que marca la controversia
Aunque el discurso fue principalmente un llamamiento a la unidad y al diálogo, la ausencia de la bandera de España ha suscitado críticas de los partidos de la oposición, que interpretan el gesto como un acto deliberado que refleja una postura política más alineada con el independentismo. Desde el PSC, fuentes cercanas a Illa han descartado intencionalidad, asegurando que el mensaje buscaba priorizar el contenido y la cercanía por encima de la puesta en escena.
La omisión del símbolo nacional, sin embargo, pone de relieve las tensiones inherentes al discurso político en Cataluña, donde cada detalle es analizado con lupa y los gestos simbólicos tienen un peso significativo en el debate público.